Un grupo de cinco personas seleccionadas aleatoriamente entre los visitantes del Museo de Altamira realizará la primera visita experimental a la cueva de Altamira, que tendrá lugar este jueves, 27 de febrero.
Será la primera vez que acceda público en general desde que la cueva se cerrara a los visitantes hace 12 años. Desde entonces, sólo los científicos habían entrado para desarrollar investigaciones sobre la cueva.
Las visitas serán aleatorias y se desarrollarán hasta el mes de agosto, fecha en la que está previsto finalice el Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso de la Cueva de Altamira puesto en marcha en 2012, bajo la dirección científica del experto Gaël de Guichen.
Se prevé que, hasta entonces, un total de 192 personas participen en el estudio ya que el objeto de las visitas es analizar el impacto que la presencia humana puede ocasionar sobre la conservación de este bien Patrimonio Mundial, según precisa Cultura.
Coincidiendo con el primer día de visitas, Gaël de Guichen impartirá este jueves la conferencia 'Altamira hoy' a las 19.00 horas en la facultad de Ciencias de la Universidad de Cantabria.
En el Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso de la Cueva de Altamira participan diversas instituciones como el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), el Instituto de Ciencias del Patrimonio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Cantabria, la Universidad del País Vasco, el Museo de Altamira y la Subdirección General de Museos Estatales del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, entre otros.
37 MINUTOS DE VISITA
El Programa ha definido unos protocolos de acceso que establecen una duración de la visita de 37 minutos y un itinerario con tiempos de permanencia definidos para cada estancia. Antes de entrar, los visitantes conocerán los detalles de su participación en el programa científico y la forma de proceder en el interior de la cueva.
Así, vestirán monos desechables, gorro, mascarillas, así como un calzado especial, elementos que facilitará el Museo, y no se permitirá el contacto con la roca y la toma de imágenes.
Durante la estancia en el interior de la cueva se controlará la temperatura del aire y de la roca, la humedad relativa del aire, la contaminación microbiológica, las aguas de infiltración, el radón y el CO2, entre otros. En el exterior, se controlará la temperatura del aire, la del suelo, la humedad relativa, la microbiología, la humedad específica, la presión atmosférica y el CO2.
A su salida, los visitantes deberán facilitar información sobre su experiencia al equipo científico.