Concluyó la Gran final de concurso de agrupaciones del Carnaval Colombino donde diez agrupaciones: cinco chirigotas y cinto comparsas se disputaron los máximos galardones. Con un Gran Teatro con el cartel de “No hay entradas”, la pasada noche se pudo disfrutar del mejor día de carnaval en nuestro querido Coliseo. Como presentadores del acto, Noelia Muiño y Manu Suero, excelentes conductores de una final que prometió mucho más de lo que se esperaba, y que a medida que iban actuando las distintas agrupaciones, dificultaban más las distintas quinielas de los allí presentes. Pocos errores en las quinielas de esta modalidad de chirigotas, donde la peña de los pollos ‘El carnaval Spá relajarse’ se coronó con el primer Premio, obteniendo la chirigota ‘Pa nosotros el primero’ el segundo puesto, adquiriendo estas dos agrupaciones un protagonismo muy por encima del resto de grupos. La calidad era más que visible y en cierta medida, criticable, como criticable ha sido el pase de ‘Los habanitos’; para los que no tenían sed, se han hartado de agua; tercer puesto en esta Gran final. ‘Los del limbo’ bajaron su repertorio en esta última fase, sin ofrecer más incentivos que lo visto en sus anteriores actuaciones, aún así, un regreso digno para los del “pija”. El quinto puesto para la chirigota ‘Apaga y vámonos’ que no estuvieron muy acertados y cayeron con la valentía de introducir letras de última hora, un riesgo que pagaron caro.
En las comparsas el nivel estaba mucho más reñido y pocos acertaron el orden en el que los miembros del jurado colocaron a las cinco participantes. El primero para ‘Los patata’ que volvieron a la final con las pilas cargadas de novedosas letras que levantaron al público en casi todo su repertorio. ‘Los Cepillahuesos’ lograron el segundo lugar, con una impecable actuación. Los de Francisco Tinoco se quedaron en el tercer lugar con 'El manual de la vida'. Los onubenses independientes ‘¡Qué barbaridad!’ se llevaron el cuarto puesto y cerraron la clasificación la comparsa de Bollullos ‘Tres cuerdas’ en el quinto y último escalón. Gustos para todos y no todos se quedaron a gusto.
La Tensión durante toda la jornada que se alargó hasta las 4:00 horas de la madrugada, con carpa y “mojarreo” incluido, donde la más pura hipocresía rinde cuentas al servicio inquisidor y latente en estas carnestolendas dolidas y acobardadas de las que cada año, cuesta reponerse. Es duro sentir que los cientos de carnavaleros respiran en tu solapa intuyendo e interpretando cada movimiento, cada gesto o intentando controlar cualquier signo evidente que pueda dañar a un determinado grupo, por muy inocente que fuere. Este es mi último año de hipocresía; si señores, reconozco esa indigna actitud que he mantenido en estos últimos 5 años, aceptando cuentas baratas y prostituyendo mi palabra, para calmar a las fieras. Este concurso me ha servido para tomar conciencia y volver a mis años de libertad mediática, a los que empiezo a añorar, donde para escribir un artículo, radiar en una emisora o comentar en una televisión, no requiera de esa cognitiva presencia latente que me ha estado adormeciendo por evitar un conflicto al que deseo entrar con mucha ansia. 25 años en los medios hablando de carnaval dan para conocer, querer y relacionarte con casi todos y cada uno de los carnavaleros participantes de este concurso abierto, perdiendo así la objetividad por ese roce que hace el cariño; ya me hubiese gustado sentarme desde mis inicios en una butaca al final de un palco sin contacto ni relación… En definitiva, el carnaval es pura literatura, un resumen anual de todo cuanto acontece durante el año, y da para mucho, sobre todo para reflexionar y cambiar, y esta es mi aportación reflexiva, cada cual que consulte con su almohada el contenido de su ego y si las musas no llegan o son más ineptas que las de otros, no culpen a los correos. No quiero concluir este último artículo, sin agradecer a la chirigota ‘El carnaval Spá relajarse’ el gran pasodoble que dedicó a los medios, muchas gracias por esas palabras. Hasta el año que viene.