Las obras del parque de La Alameda podrían comenzar a lo largo del mes de mayo. Ayer, el Boletín Oficial de la Provincia recogía la licitación de las obras. Según explicó el alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, que compareció junto al concejal de Hacienda, Miguel Contreras, el plazo de presentación de ofertas expira el 1 de abril por lo que el Ayuntamiento espera que a partir del mes de mayo “estén las máquinas trabajando”.
El presupuesto de licitación es de 3.869.335,62 euros (cofinanciado por fondos FEDER y recursos propios del Ayuntamiento de Jaén). El alcalde recordó que este parque está catalogado como Bien de Interés Cultural pese a que en la intervención la Junta de Andalucía no pone ni un euro, a la vez que destacó que se trata del espacio público más antiguo de la ciudad, con más de cinco siglos.
La propuesta cuenta con todos los permisos de Medio Ambiente y Cultura y pretende potenciar el carácter “de alfombra urbana, ampliando y haciendo coincidir los límites del parque con los de la plaza de toros, el convento de las Bernardas y el antiguo Hípico, lo que permitirá liberar a la plaza de toros de su circunvalado de tráfico”, ha concretado.
El proyecto, basándose en el Análisis del Impacto sobre la Movilidad y en los estudios realizados por la Policía Local, prevé la peatonalización del vial comprendido entre la Plaza de Toros y el parque y la reducción del vial comprendido entre el parque y el Convento de las Bernardas. Se permitirá el acceso rodado desde la calle Adarves Bajos, para cocheras particulares, para el colegio y se ha dejado previsto la posibilidad de acceso para el futuro parking en los terrenos del Hípico y como se indicó anteriormente, se permitirá la comunicación entre la avenida de Granada y Adarves Bajos en sentido único.
Por otro lado, el proyecto trata de integrar los edificios en su nuevo trazado. Para ello se plantea el uso de una piedra natural granítica, que adoptará distintos formatos según el uso previsto.
Con la incorporación de una extensa fuente lineal que recorre todo el paseo lateral de álamos (que hoy día se encuentra asfaltado), se rememoran las acequias que discurrían por las huertas que ocupaban la zona en siglos anteriores. Se amplia la fuente actual, y como punto y final a este recorrido, se contempla la puesta en servicio de la fuente del Auditorio.