El hombre acusado de la muerte de otro, después de clavarle un sacacorchos, ha negado estos hechos ante el jurado popular que lo juzga y ha asegurado que no se acercó al fallecido; mientras que sí ha admitido que utilizó dicho instrumento para defenderse de un amigo del anterior, después de que se abalanzara contra él y lo amenazara con matarlo.
Los hechos sucedieron en agosto de 2012. El fiscal le acusa de un delito de homicidio y de otro de lesiones, solicitando en total 16 años y medio de prisión. Según el escrito inicial del ministerio público, al que ha tenido acceso Europa Press, el acusado, camarero de profesión, fue junto a un compañero a un bar, donde se encontraron con otros dos hombres y estuvieron bebiendo copas juntos.
Luego, el procesado llevó a los dos hombres hasta la urbanización de uno de ellos y allí, sigue el fiscal, se produjo una discusión y el procesado "agredió" a uno de los hombres con un sacacorchos. Tras esto, le asestó "varios puñetazos en la cara y le clavó el sacacorchos en la cabeza" al otro, haciendo que "se cayera, se golpeara nuevamente en la cabeza", tras lo que falleció.
El acusado ha indicado que en el bar habló más con el hombre que resultó lesionado, que era más joven, y que el otro "me abrazaba mucho", aunque tuvo un pequeño incidente con éste porque le dio una bofetada. Ha indicado que sintió "miedo" cuando llegaron a la urbanización y le dijeron que entrara en el garaje, porque en ese momento pensó que le querían hacer algo.
Entonces, vio a los dos hombres como "encarados" e intentó marcharse con el coche, pero no pudo porque estaba la puerta de la urbanización cerrada. Ha dicho que se bajó del vehículo y fue hacia donde estaban los dos, momento en el que el hombre que resultó lesionado "se me abalanzó y me dijo que de allí no salía vivo", reconociendo que se defendió con las llaves y con el sacacorchos.
Pero, respecto al fallecido, ha insistido en que "no le toqué", sino que cuando se acercó andando al sitio en el que estaban los dos para que le abrieran y poder salir, ya lo vio "caído" en el suelo. Ha explicado que primero dijo a la Policía que se había defendido de los dos porque creyó que así era y no recordaba bien lo ocurrido, pero que luego ya se acordó de que no.
El procesado, que tiene permiso de residencia y trabajo en España, ha señalado que había bebido mucho y que, aparte de la droga que había consumido voluntariamente con las víctimas, de nacionalidad finlandesa, es posible que le hubieran puesto en la bebida alguna sustancia. Además, ha apuntado que cuando ocurrió todo, llamó a varias viviendas pidiendo que avisaran a la Policía.
Su defensa pide la absolución porque entiende, según su escrito, que no cometió delito, sino que fue "víctima" de los dos hombres, que ya habían tenido previamente un incidente con otros jóvenes en el bar, apuntando que el fallecido podría querer mantener relaciones con él. De forma alternativa, insta a que se le aplique varias atenuantes o eximentes, entre ellas la de consumo de alcohol.