La negociación del reparto de las ayudas contempladas en la reforma de la Política Agraria Común (PAC) ha supuesto una verdadera prueba de fuego dentro de su recientemente adquirida responsabilidad como consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía. En relación con la misma, usted ha acusado al ministro Miguel Arias cañete de “hacer un reparto político de los fondos de la nueva Política Agraria Común, según el cual, se quita a Andalucía para dárselo a otras comunidades gobernadas por el PP”, ¿se reafirma en ello?
Si, rotundamente. Sin embargo, desde la Junta de Andalucía y desde la Consejería que dirijo, no hemos buscado confrontar en ningún momento. Hemos intentado negociar durante todo el proceso desde la lealtad, con ánimo de colaboración, aunque al final ha habido una clara imposición por parte del Ministerio. Lamentamos que la aplicación de la nueva PAC en España se haya cerrado de forma perjudicial para Andalucía, que pierde, según datos del propio Ministerio, como mínimo, 418 millones de euros; 160 en el primer pilar y 258 en el segundo. Aunque desde la Consejería, nuestros datos nos dicen que se superarán los 558 millones de pérdidas.
Ante semejante recorte no podemos, como algunos pretenden, callarnos. Pues la defensa de los intereses de nuestros agricultores es lo primero para el Gobierno andaluz.
Los 211 millones de euros que han quitado a Andalucía en desarrollo rural se lo han repartido entre el resto de comunidades autónomas, y además hay que sumar la reducción en el tanto por ciento de cofinanciación del Ministerio (47 millones).
En ayudas acopladas, por ejemplo, en Andalucía hemos sido la única comunidad que ha salido perjudicada. No se ha tenido en cuenta ningún cultivo con sello andaluz, y sí otros cultivos o ganaderías propios de otras comunidades.
En definitiva, el reparto de la PAC que ha hecho el Gobierno de España no ha tenido piedad con Andalucía.
Desde el PP se ha acusado al PSOE de que el ministro Arias Cañete, a su llegada al gobierno “se encontró con una propuesta del Partido Socialista de aplicar una tasa plana que reducía las ayudas directas a los agricultores en más de un 60%”, ¿qué puede decirnos al respecto?
Nosotros nos hemos opuesto desde el principio a la tasa plana. Por lo tanto, falta a la verdad quien diga que esa era la intención del Gobierno de Andalucía ni del anterior Gobierno central. Intentan confundir. Para justificar lo que han hecho con nuestra comunidad autónoma hablan de una tasa plana que nunca, nunca, se defendió desde Andalucía.
¿Cómo afecta la reforma de la PAC al olivar de montaña, predominante en nuestra comarca?
Nuestros agricultores saben que los olivares en pendiente son los que tienen menor rentabilidad. La negativa del Ministerio de Agricultura a aceptar ayudas acopladas para los sectores andaluces que más lo necesitan- como el olivar en pendiente- supondrá unas pérdidas de entre 35-55 millones de euros para los olivareros de montaña de toda Andalucía, el 50% de ellos en la provincia de Jaén. Desde la Junta de Andalucía insistimos mucho en este aspecto, pero el Gobierno de España nos dio la espalda y no lo incluyó. Es otro claro ejemplo del maltrato del Gobierno de España con Andalucía.
El Ministerio, en sus numerosas intervenciones intenta hacernos creer que la PAC ha beneficiado a todos. Incluso llegan a decir que se ha dado un “sí a todos nosotros”. Yo ahí en el “nosotros” veo una clara intención partidista, pues a comunidades de otro signo político, como es Andalucía, a los agricultores y ganaderos andaluces, se nos ha dicho un “no rotundo”.
La pasada semana, el senador Felipe López ofrecía una rueda de prensa en Alcalá en la que concluía asegurando que “el Partido Popular saquea las ayudas de los pequeños olivareros de Jaén para que los grandes propietarios puedan cobrar más”. ¿Comparte esta afirmación?
Estoy totalmente de acuerdo con nuestro senador Felipe López. En el nuevo marco de la PAC el coeficiente de ajuste se aplicará a todos los agricultores por igual, por lo que los grandes ganan y los pequeños pierden. Desde la Junta de Andalucía solicitamos que estuvieran exentos de pagar los pequeños productores perceptores de ayudas menores de 5.000 euros. Al rechazarse la propuesta de la Consejería- que quería que el porcentaje mayor recayera sobre los grandes- se verán perjudicados más de 208.000 pequeños perceptores andaluces, es decir, el 77% de nuestros agricultores.
Por ejemplo, un pequeño olivarero que recibió 5.000 euros de ayudas de la PAC en 2012 no sufría ningún recorte de sus ayudas. Sin embargo, a partir de 2014 va a ver recortada esa ayuda en un 8.64%, es decir, 432 euros menos.
Al margen de la reforma de la PAC, se cumplen seis meses de su toma de posesión al frente de la consejería de Agricultura, ¿qué balance hace de este período?
La presidenta Susana Díaz me hizo responsable de una amplia cartera, que abarca tanto las pequeñas empresas agrarias, como la importante agroindustria vinculada a producciones andaluzas emblemáticas. A su vez los armadores que invierten en la pesca junto con la industria transformadora de sus productos, el sector ganadero, y algo tan fundamental para el mundo rural como son las políticas de desarrollo .
Como bien saben mis paisanos alcalaínos, los temas agrarios no nos son ajenos, ni mucho menos, al proceder de un municipio con un gran potencial agrario, con 16 aldeas, como es Alcalá la Real. Mi experiencia como alcaldesa me permitió conocer directamente los problemas y las necesidades de nuestro campo.
En estos seis meses he tenido la oportunidad de recorrer toda Andalucía, de conocer más las debilidades y, sobre todo, las muchas fortalezas de nuestro sector agrario y pesquero. Y además cuento con un magnífico equipo de profesionales y de técnicos en la Consejería.ç
Andalucía es la “despensa creciente de Europa” con una enorme capacidad de generar trabajo, y así en nuestra comunidad autónoma hay más de 300.000 personas empleadas en el sector, el 10% de los ocupados andaluces.
¿Cuál es el reto más importante al que se enfrenta, en estos momentos, dentro de su responsabilidad al frente de la consejería?
El reto principal pasa por seguir trabajando con rigor, ilusión y esfuerzo por un sector agroalimentario andaluz que es muy importante, que ha servido para amortiguar la crisis y es clave para la recuperación económica.
Como bien saben, comenzamos un nuevo período de programación de los fondos europeos y una nueva PAC y hemos de poner el acento en la concentración de la oferta, la internacionalización, el acceso al crédito, la incorporación de jóvenes formados para garantizar el relevo generacional o la necesidad de seguir impulsando la investigación. Y principalmente, la creación de más y mejor empleo en el medio rural.
Desde su responsabilidad dentro de la consejería, ¿cuáles cree que van a ser las principales acciones que afecten de manera más directa al sector agrícola en Alcalá la Real en lo que resta de legislatura?
En nuestra tierra es obligado hablar de aceite y de su gran importancia. Desde la Consejería hemos apoyado- y lo seguiremos haciendo- la concentración de la oferta y la modernización de nuestras empresas oleícolas. Incentivando con ayudas proyectos de 1ª integración de cooperativas en otras de mayor grado, proyectos de fusión o constitución de nuevas entidades de comercialización conjunta.
El sector privado también debe seguir esforzándose- de la mano de la Administración- en este sentido. Pues, aunque el aceite de oliva lleva ya varios años concentrando la oferta- con buenos ejemplos como Dcoop, JaenCoop, Interoleo Picual...- en Andalucía, todavía, hay más de 800 almazaras, de las cuales, más de 300 están en Jaén. Y así, necesitaríamos un milagro para ser competitivos. No podemos hacernos la competencia entre nosotros mismos.
Debemos ser muy conscientes de que frente a una distribución que está muy concentrada, la comercialización de aceite de oliva está, sin embargo, muy dispersa (sólo 4 grupos superan el 1% de la cuota de mercado).
Y por último, la defensa de la calidad del aceite debe ser contundente así como el fomento del consumo de aceite de oliva virgen extra es clave para el futuro de las almazaras de Alcalá, de Jaén y de toda Andalucía.
