Tras dieciséis años al frente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Manuel Fernández deja el cargo por “razones personales” según su versión pero con el puerto sumido en un profundo conflicto por el dragado en profundidad, con el rechazo a su propuesta para mejorar las márgenes del río y sin sacar partido a la gran inversión que supuso (160 millones) la nueva esclusa, en gran parte por la crisis, de la que el puerto sigue resintiéndose, con tráficos que sólo se han recuperado en contenedores.
La noticia se conocía a primera hora de la mañana. Fernández confirmaba su dimisión y anunciaba que en “dos semanas”, tras un periodo en funciones, sería publicado en el BOE su relevo, que ya aprobaba este mismo martes el Consejo de Gobierno de la Junta, nombrando a su sustituta, Carmen Castrejón, una mujer de su propio equipo.
Fernández, en declaraciones a la Cadena Ser, no hacía referencia ni al dragado ni a polémica alguna. “Llevo 16 años en el cargo. Es una barbaridad y esa es la razón fundamental de este cambio”, decía Fernández insistiendo en que era consciente del periodo tan extenso que lleva al frente del Puerto de Sevilla.
Al paro, según él
Sobre su futuro, bromeada señalando que le espera “la empresa más grande de España”, en referencia al desempleo. “Por incompatibilidades, no puedo trabajar durante dos años en ninguna empresa ligada al puerto de Sevilla, que son unas 200; necesitaré unos meses de reciclaje”, expresó Manuel Fernández, quien de todas formas no prevé actuar “con prisas”, según recogía Europa Press.
Quien insistía en las “razones personales” era el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, preguntado una y otra vez por la prensa si había tenido que ver en la decisión de Fernández la polémica sobre el dragado del Guadalquivir. “No ha tenido nada que ver, ha sido a petición propia, por motivos personales”, decía Vázquez, el cual agradeció su labor al frente del puerto.
Reiteraba que la marcha de Fernández responde a cuestiones “meramente personales”, al tiempo que destacó que habrá una “continuidad” en la gestión, como demuestra el hecho de que la nueva presidenta formaba parte de su equipo.
Castreño Lucas era la jefa de División, Organización y Relaciones Externas del Puerto y fue secretaria del consejo de administración en 2002. De enero de 1995 a julio de 1996 presidió la Autoridad Portuaria de Ceuta, donde fue también concejala del Ayuntamiento (1983-1995) y ejerció como profesora de Ciencias Químicas en el centro asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Fernández no ha conseguido, desde que hace diez años se aprobara la DIA del dragado con los condicionantes medioambientales, sacar adelante un proyecto que ha enfrentado al puerto con el sector agrícola y con el sector científico y ecologistas. Tampoco ha coseguido reactivar los astilleros, con el paradigmático concurso al que no se presentó ninguna de las dos empresas que concurrían, a pesar de que la solvencia de una de ellas, Sevilla Shipyard, fue puesta en duda en estas páginas por un empresario.
Los resultados, en buena parte por la crisis, no han acompañado a su gestión, que en febrero de 2014 sigue acumulando valores negativos en todos los conceptos a excepción del tráfico de contenedores y de Ro-Ro. Hasta el tráfico de pasajeros, apenas existente hace 16 años, ha descendido un 87% en los últimos doce meses.