La conmoción y el pesimismo causados por el naufragio del Sewol han puesto en peligro la economía de pequeñas empresas, autónomos y trabajadores a tiempo parcial de Corea del Sur, según datos publicados hoy por la prensa del país asiático.
Restaurantes, hoteles, bares de copas, karaokes, salas de práctica de golf, taxis y autocares son algunos de los negocios que estos días atraviesan serias dificultades para llegar a fin de mes.
El motivo es la depresión colectiva de la sociedad surcoreana tras perderse las vidas de 304 personas, la mayoría adolescentes, y que ha llevado a cancelar viajes, reuniones de grupo y todo tipo de actividades de ocio por respeto a las víctimas.
Además, las salas de cine surcoreanas recibieron en la cuarta semana de abril un 28,8 por ciento menos de espectadores y las visitas a los parques de atracciones cayeron hasta un 68,3 por ciento, según datos publicados por el diario Chosun.
La caída en el consumo por el pesimismo colectivo ya llevó al Gobierno la semana pasada a anunciar un aumento de 7.600 millones de dólares en el presupuesto de la primera mitad del año para aliviar los efectos económicos negativos del naufragio.
Seúl también decidió ayer elevar la asistencia financiera a las empresas de viajes y hostelería con un aumento de 14,5 millones de dólares a 49 millones en el fondo dedicado a la promoción y desarrollo del turismo, además de una reducción de las tasas de interés en préstamos para firmas del sector.
Mientras Corea del Sur se recupera poco a poco de la conmoción, los equipos de rescate siguen intentando recuperar del barco los 29 cuerpos que aún permanecen desaparecidos, aunque las actividades se han visto dificultadas por el mal tiempo.
El hundimiento del Sewol en aguas al suroeste del país el pasado 16 de abril ha dejado de momento 275 muertos confirmados, mientras solo 172 personas pudieron ser rescatadas en las horas posteriores al suceso.
Más de 250 de las víctimas eran adolescentes de 16 y 17 años que realizaban un viaje escolar, lo que ha hecho aún más duro el golpe para la sociedad surcoreana, que sigue de luto tras sufrir una de las mayores tragedias humanas de la historia del país.