El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, ha expresado este martes su deseo de que la ciudad sea la capital de una eventual Cataluña independiente para competir con más libertad con otras ciudades, y ha descartado que se produzcan las "desgracias" que les vaticinan desde el Estado.
En un debate con el eurodiputado de CiU y candidato a la reelección, Ramon Tremosa, ha explicado que cuando viaja por diferentes partes del mundo no le explican dichas desgracias porque, en su opinión, tienen ganas de invertir en la capital catalana.
"Barcelona es un activo que tenemos que poner al servicio de nuestro país. Nos va bien como país y como ciudad" , ha resaltado Trias, dejando claro que, pase lo que pase en el futuro, no les hará recular.
Para el también secretario general de CiU, lo que perjudica "enormemente" a los catalanes es quedarse en la situación actual, y ha argumentado que a la UE hay que ir con voluntad de impulsar sus aspectos sociales y para defender la situación de Cataluña, destacando que esto solo puede hacerlo la federación.
Según Tremosa, la vocación de la UE siempre ha sido integradora, y ha asegurado que le cuesta mucho imaginar que la UE prefiera, ante un hipotético Estado catalán, "una Noruega del sur que una Holanda del sur".
El alcalde de Barcelona también ha defendido que la ciudad genera riqueza, pero ha lamentado que parte de ésta se la quede el Estado: "Si aquí creamos riqueza y resulta que se la queda el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, estamos fastidiados".
"¡Esto no puede continuar así!", ha exclamado Trias, tras justificar que la única manera de que los ciudadanos perciban que se sale de la crisis es que las administraciones catalanas puedan repartir de forma más justa la economía que se genera en Cataluña.
"Mientras Catalunya esté tratada como lo está, desde el punto de vista de financiación, es un escándalo", ha añadido el alcalde, que ha reivindicado la capacidad económica de Barcelona y del área metropolitana.
INMIGRACIÓN
En materia de inmigración, Tremosa ha lamentado que no haya una política conjunta en la UE, y ha reivindicado el modelo catalán de integración que, a su juicio, se podría exportar : "No valoramos la capacidad que tenemos de gestión de la multiculturalidad y de la gestión de flujos de inmigración, que luego tienen un impacto en la sociedad".
Trias ha relatado que Cataluña ha pasado, en quince años, de tener 6 millones a 7,5 millones de personas, una proceso que considera que se ha afrontado suficientemente bien sin que haya habido ruptura alguna, pero ha advertido de que el reto es conseguir que los hijos de los nuevos catalanes acaben triunfando.