La fiscalía surcoreana ha llevado a cabo este miércoles una redada en una iglesia de la ciudad de Anseong, ubicada al sur de Seúl, en un intento por detener al propietario de la compañía que operaba el 'Sewol', que se hundió el 16 de abril dejando más de 300 muertos y desaparecidos.
Un grupo de fiscales e investigadores han entrado en las dependencias de la Iglesia Evangélica Baptista bajo la sospecha de que Yoo Byung Eun --que es además uno de los miembros fundadores del grupo religioso-- se encontraba en su interior.
Decenas de fieles de la iglesia han bloqueado la entrada principal, si bien no han opuesto resistencia a la entrada de los investigadores, según ha informado la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
La fiscalía cree que Yoo, que presuntamente controlaba la empresa a través de dos de sus hijos y varios subsidiarios, pasó por alto los estándares de seguridad para incrementar sus ganancias.
El ferry, que hacía la ruta desde la ciudad portuaria de Incheon hasta la isla turística de Jeju, se hundió frente a la isla de Jindo (suroeste). En el momento del hundimiento transportaba un total de 3.608 toneladas de carga, lo que supone una cifra tres veces superior a la capacidad del barco. La Fiscalía sostiene que la carga se desniveló y provocó que el barco comenzara a zozobrar.
La Fiscalía ya ha presentado cargos por asesinato contra el capitán del 'Sewol' y otros tres miembros de la tripulación por abandonar el barco sin intentar evacuar a los pasajeros. También ha solicitado la detención de uno de los propietarios de la empresa del barco, que permanece en paradero desconocido.
El lunes, la presidenta de Corea del Sur, Park Geun Hye, prometió desmantelar la Guardia Costera por su mala respuesta al desastre y presentó sus terceras disculpas públicas ante la población.
"Como presidenta responsable de las vidas y la seguridad de la gente ofrezco una disculpa sentida por el dolor que ha sufrido la gente. La responsabilidad última por fracasar a la hora de dar una respuesta adecuada al accidente es mía", dijo.