La defensa de José Bretón ha pedido una sentencia absolutoria y conforme a derecho "al margen de pasiones y de quién sea su cliente" porque durante la vista "no se ha desprendido, ni de lejos, que haya un delito de maltrato psíquico del que se acusa a su cliente; todo se ha demostrado falso".
Durante su informe final en el juicio que se celebra en el Juzgado de lo Penal número 4 de Huelva, la letrada del acusado, Bárbara Royo, ha asegurado que Bretón está acusado por el Ministerio Fiscal en base a "unos hechos que no constituyen delito" y "en el convencimiento de que su nombre es suficiente para cualquier juez para condenarlo".
Considera que el fiscal ha realizado "una reinterpretación particular y alejada de la realidad de los hechos" y ha dejado claro que está en la causa "defendiendo en base a derecho a un ciudadano español de un delito de maltrato que es inexistente" y ha expresado su convencimiento de que "si el acusado no fuera José Bretón sino Pepe Pérez la causa se hubiera archivado y no se habría llegado al juicio".
La letrada ha precisado que los testimonios escuchados en la sala " nada tienen que ver con el escrito de acusación elevado a público por el Ministerio Fiscal en el acto de juicio" y "ni siquiera, de ser ciertos los hechos y situaciones descritas durante la vista, éstos serían delito, sino desencuentros y discusiones".
Asimismo, ha señalado que existen declaraciones contradictorias que "constatan la falsedad" de mucho de lo dicho en el juicio" y ha indicado que "la denuncia de Ruth Ortiz se interpone tras haber desaparecido sus hijos en el convencimiento de que él era responsable y para conseguir algo a las malas y que todo el mundo lo conociera".
Se ha mostrado convencida de que Ruth Ortiz "no decía la verdad en su denuncia y que los testigos de la acusación mienten y donde no se dice la verdad es en el escrito de la acusación".
Tras hacer un repaso por todo lo ocurrido en el juicio ha manifestado que "en la línea de la hipótesis de la acusación se podría decir que el maltratado psicológicamente era mi cliente" pues él accedía a "todo" la que disponía su mujer.
