Dice que lo hace con gusto, pero eso no significa que esté obligado a ello y, mucho menos, que sea lo correcto. Ismael Blanco es un vecino sanroqueño, en paro, que viendo que las plantas de la zona ajardinada de su calle se estaban echando a perder, decidió tomar cartas en el asunto.
Desde hace ocho años vive en la calle Luis Ortega Bru. Nos comenta que hasta hace más de medio año cada dos o tres semanas un jardinero del Ayuntamiento acudía a su calle “a regar un poquito y de vez en cuanto a cortar las plantas”. Sin embargo, hace ya seis meses que ese empleado municipal “se dio de baja, por lo que hemos sabido”. Y se acabó. Asegura que nadie lo ha sustituido. Así que los 50 metros lineales de zona ajardinada que tienen en la calle estaban totalmente abandonados. Así, ni corto ni perezoso, Ismael decidió regar a diario (por cierto, que aprovecha para baldear la zona porque se queja de que la limpieza también brilla por su ausencia en esta zona). Cada día, al caer la tarde, coge la manguera y da agua fresca a las plantas. Muchas se perdieron, o casi. Él, muy acostumbrado al campo, según nos cuenta, las poda y trata para que luzcan lo mejor posible. Incluso ha puesto tierra, porque la que había en la calle estaba demasiado seca como para que las plantas pudieran agarrar.
Además, no le da importancia a lo que hace. “No tengo nada mejor que hacer”, afirma, pues lleva tiempo desempleado.
Un vecino que reside en un bloque cercano ha seguido sus pasos. Nadie en el barrio entiende el motivo por el que no se ha sustituido a la persona que antes trabajaba en la zona. “Desde que hace tiempo vinieron los chavales del plan de choque, nadie más ha vuelto por aquí”.
En definitiva, una vez más sale a la palestra el estado de “abandono total en esta zona” y las desigualdades entre las distintas barriadas del término municipal.
No hay constancia
VIVA CAMPO DE GIBRALTAR se ha puesto en contacto con el responsable municipal de Parques y Jardines, el edil José Vera. Asegura que no tiene constancia del problema. “No tengo noticia de nada”. Y argumenta que los vecinos tienen muchas formas de comunicar este tipo de situaciones al Ayuntamiento: “Acudiendo al Consistorio, yendo a ver al concejal responsable, al encargado de la delegación o, incluso, llamando por teléfono”.
Pero, afirma, “no se ha utilizado ninguna de estas vías”. Su compromiso es conocer inmediatamente cuál es el problema y la situación de esta calle en concreto. No obstante, se ha mostrado muy extrañado, pues asegura que “si hay alguna baja, se suple siempre con otra persona”. Reconoce, eso sí, que en situaciones de este tipo, “siempre que hay bajas en una delegación, se nota algo de deficiencia en el servicio”.
Seis meses de ausencia, según denuncian los vecinos, es algo más que una deficiencia en el servicio.