La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha rechazado este lunes mantener algún tipo de defensa a favor de la "aberración urbanística" que, a su juicio, supone el hotel de Azata del Sol ubicado en el paraje del Algarrobico, en Carboneras (Almería), sentido en el que se ha cuestionado si la posición expresada por el presidente del PP almeriense, Gabriel Amat, se corresponde con "la idea del PP-A".
En una entrevista en Canal Sur Radio, recogida por Europa Press, la presidenta ha asegurado que va a hacer todo lo que esté a su alcance para que "se derribe" el inmueble frente a la postura expresada hasta el momento por el líder del PP de Almería, para quien la situación de este establecimiento, que "se tenía que haber abierto hace mucho tiempo", se deriva de la actuación de la Junta.
No obstante, Díaz ha matizado que aún desconoce "si lo que dice Amat es la idea del PP-A" en relación a las declaraciones efectuadas sobre el hotel. En este sentido, también ha defendido frente a las críticas de los 'populares' que la Junta no ha dejado "solos" a los ciudadanos de Carboneras después de que parte de ellos reclamaran la apertura del hotel para aliviar el desempleo en la población.
"No les voy a dejar de la mano", ha manifestado la presidenta de la Junta, quien ha incidido en el acuerdo que se perfila con Endesa para invertir 200 millones de euros en una planta del municipio a fin de reducir las emisiones de CO2 de la central térmica, lo que supondrá la creación de 500 empleos. "Tendrán un plan de inversiones específicas para esa comarca", ha apuntado.
Díaz ha defendido las acciones emprendidas por el Ejecutivo andaluz hasta el momento para acabar con el hotel, sentido en el que el Gobierno andaluz ya anunció su intención de ejecutar el derecho de retracto para volver a hacerse con los suelos en los que se asienta el edificio después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) declarara legal la licencia de obras concedida al promotor y resolviera que no viola la ley de costas.
Con esto, ha señalado los pasos que ha dado el Gobierno andaluz dentro de la "maraña judicial" en defensa de la costa para evitar que la obra se reiniciara, con lo que cree que de no haber sido así, el hotel sería "más difícil de demoler". "Es el símbolo de lo que nunca se debió de construir y de la época de la especulación salvaje en nuestras costas como modelo de país y comunidades autónomas. No puede permitir que siga ahí", ha afirmado la presidenta.