Era las 18.10 horas del lunes 25 de agosto cuando los corredores de La Vuelta, a 38 grados de temperatura ambiente, hicieron entrada por la rotonda de la carretera Arcos-El Bosque, para seguir por la del Romeral, Cabezuelos y puente de San Miguel, donde los deportistas fueron recibidos por los vecinos del Barrio Bajo con ovaciones merecidas después de completar la que posiblemente sea la etapa más dura de la prueba, al superar tramos como el del puerto del Boyar.
El australiano Michael Matthews se erigió campeón en el podio instalado en la avenida Miguel Mancheño, junto al Ayuntamiento, en presencia de miles de personas entre el público y millones de espectadores que siguieron la etapa en todo el mundo a través de 120 televisiones.
El ganador entró en meta exactamente a las 18.16 minutos, después de cinco horas y casi trece minutos de trepidante carrera, en la que se llegó a alcanzar los 40 grados de temperatura: un calor sofocante que hizo desistir a algún participante. La carretera de Debajo de la Peña mostró un aspecto muy diferente, con vallas en ambos márgenes y con los carteles publicitarios de rigor.
La carrera terminó con unos 35 minutos de retraso según la organización, probablemente por la parafernalia de la salida del puerto de Cádiz.
En la parte menos agradable, varios vecinos tuvieron que ser atendidos por lipotimias y golpes de calor debido a la elevada temperatura ambiente, que rozó en alguna ocasión los 40 grados. Según la Policía Local, a pesar de la gran aglomeración, se respetaron las indicaciones y apenas hubo incidencias en torno a la circulación de vehículos, de ahí que el propio jefe del cuerpo, Rafael Albertos, haya agradecido públicamente el comportamiento general de los arcenses durante la finalización de la tercera etapa de La Vuelta.