El concejal de Cultura, Manuel Molina, ha mostrado su satisfacción tras el concierto de música medieval a cargo del cuarteto ‘Musicantes’ celebrado este fin de semana en Los Barrios en el patio mudéjar de la Casa de la Cultura de Los Barrios.
A este evento asistieron un total de 100 personas, “lo cual es una magnífica acogida que nos hacen plantearnos más conciertos de este tipo”, apunta el edil.
Molina ha señalado que “el concierto fue muy didáctico, los profesores de música iban hablando sobre las características de los instrumentos que eran reproducciones de muchos de los que existen en el pórtico de la gloria de Santiago. Igualmente también ofrecieron datos sobre las composiciones”.
El edil de Cultura ha indicado que “el patio mudéjar de la Casa de la Cultura se presentaba engalanado con unas grandes cortinas de tela vaporosa blanca y estaba presidido por el pendón de Los Barrios. Otras colgaduras que hacían alusión a las diversas culturas que convivieron entre los siglos XIII y XIV, así como el exorno iluminado con velas e inciensos, junto a la fuente central del patio, daba un aspecto muy apropiado para la ocasión”.
El grupo Musicantes ofreció un viaje al Medievo, recorriendo músicas de diferentes manuscritos y autores que arrojan un resultado heterogéneo y plural de lo que fue el esplendor de la música en la Europa Medieval.
Guillaume de Machaut (c. 1300 – April 1377) es la más reconocida figura francesa en el ámbito de los troveros, que llevaron a cabo su labor en el norte de Francia durante el siglo XIV. Aunque destacó en el estilo compositivo polifónico conocido como Ars Nova, también elaboró melodías de gran belleza en estilo monódico, como es el caso de Comment qu’a moy, o Douce dame joli
Uno de los principales manuscritos de música de danza del Medievo europeo es “Le Chansionneer du Roy”. Un códice que incluye melodías de diferentes trovadores, entre las que encontramos una serie de once danzas conocidas como “Estampies & Danzas Royales”. Este “apellido” nos ofrece la posibilidad de elucubrar sobre la interpretación de estas piezas en la corte francesa del s. XIII, convirtiéndose en uno de los más antiguos testimonios de danza instrumental conservados en Europa. Se interpretarán de él una pieza titulada “Danse” y las Estampidas reales.
El Amor Cortés provenzal tuvo su continuidad en la España medieval de la mano del rey Alfonso X “El Sabio”, que en la segunda mitad del siglo XIII compiló su monumental obra mariana, las cantigas de Santa María, en el que se canta a la más alta dama, la Virgen María, con melodías de claro estilo trovadoresco, como la nº 380, Sen calar nen tardar, cantiga de loor o alabanza, o la nº 227, “Quen os pecadores guía” y la nº 384, “A que por muy gran fermosura”, cantiga de miragre (milagro).
Dentro del escaso corpus musical dedicado a la música instrumental inglesa del Medioevo, encontramos también la conocida como Danza Inglesa, pieza de gran vivacidad rítmica, que desarrolla diferentes frases en estilo monódico para terminar con una sección polifónica a tres voces que imprime más carácter al desarrollo final de la danza. Fue recogida de un manuscrito inglés conservado en Oxford, allá por el siglo XIII.
En el 1492 se decreta la conversión obligatoria al cristianismo o expulsión de los judíos del país, lo que produce un éxodo masivo creándose dos corrientes culturales. Durante cinco siglos mantuvieron viva la lengua así como su repertorio musical, transmitiéndolo oralmente de generación en generación hasta nuestros días. El principal género poético-musical que componen el repertorio sefardí es el romance, siendo el que más evidencia sus raíces hispánicas.
El “Manuscrito de danzas de juglares” también tiene su origen en Italia s. XIV, aunque se conserva en la actualidad en la British Library. Alberga una serie de géneros de danza de diversa índole, como estampidas, saltarellos, piezas contrastantes, etc. “El Lamento de Tristano y la Rotta”, pertenece al grupo de danzas contrastantes en las que a una danza de carácter lento, se ataca con otra de vivaz tempo. En esta pieza se elabora una primera danza lenta en la que se muestra el lamento del célebre héroe de la Cruzadas por la muerte de su amada, Isolda, para enlazar con una rotta vertiginosa que actúa de contrapunto rítmico a la primera pieza.
“Ecco la primavera” es una de las más famosas composiciones en estilo Ars Nova compuestas por Francesco Landini, músico ciego desde pequeño a causa de una enfermedad, y que volcó toda su vida en la música y en su instrumento preferido, el órgano, del que fue titular en la catedral de Florencia. Esta ballatta se nos presenta a dos voces y evoca la llegada de la primavera.
Finalizó el concierto con otro ejemplo de danza contrastante, aparecida en la Italia del siglo XIV, es este el caso de la “Danza Amorosa & Trotto”, recogida de un manuscrito conservado en el Archivo de Anticossimento, en Florencia.