Según datos de la organización, cinco jefes de Estado y de Gobierno y 31 ministros, además de líderes religiosos y miembros de la sociedad civil, hasta sumar un total de 1.500 personas, participaron en las cinco sesiones generales y las doce reuniones de trabajo del foro.
La lista de amigos de la Alianza de Civilizaciones se ha incrementado hasta 84 países y 17 organizaciones internacionales, de los 40 estados que inicialmente la apoyaron, por lo que los organizadores turcos consideraron que se ha convertido ya en “una influyente iniciativa de la ONU”.
De hecho, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que participó en la ceremonia de clausura, afirmó que ha sido un “éxito” en cuanto a “participación, movilización de la sociedad civil, cumplimiento de objetivos y proyección de futuro”. “Estoy convencido de que se va a convertir en el pilar cultural de las Naciones Unidas”, dijo Moratinos.
Una de las razones por la que los co-patrocinadores de la Alianza de Civilizaciones se sintieron más satisfechos de su resultado fue por la participación del nuevo secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.
“Que el jefe de una alianza político-militar se dirija a una alianza del diálogo, del respeto y de la diplomacia blanda, muestra la necesidad de estos (valores) para las organizaciones internacionales”, opinó Moratinos. El jefe de la diplomacia turca, Ali Babacan, calificó la participación de Rasmussen de “paso positivo”.