Siete años después de su constitución, en junio de 2007 el Club Doñana ha puesto fin a su actividad de denuncia ante organismos nacionales e internacionales en pro de la conservación del parque debido a "la politización y el caos de los mismos".
En una entrevista con Efe, Jesús Vozmediano, portavoz de esta asociación, de la que forman parte catedráticos, investigadores y juristas, en su mayoría miembros de su hoy extinto Patronato, ha indicado que "están hartos de perder su tiempo en denuncias que no llegan a ningún sitio y no sirven para nada".
La labor desarrollada en este tiempo se sostiene, recuerda, en el propio estado del Parque Nacional de Doñana, que califica de "muy negativo" y no desde una posición subjetiva sino objetiva.
"El último informe de la Unesco habla muy críticamente de los problemas de Doñana, y si uno analiza todas las denuncias de todas las asociaciones se deduce la situación grave, además, si uno ve que la Junta está preocupada con el tema impresentable de la corona forestal, también se reconoce el grave problema del acuífero", indica el abogado ambiental Jesús Vozmediano.
Una gravedad que aumenta, indica, si se le suma el hecho de que en Doñana "se están incumpliendo las leyes ambientales de una forma clamorosa propia de un estado africano", según el portavoz, como la de Parques Nacionales que establece la necesidad de que estos espacios cuenten con Patronato, algo de lo que carece Doñana desde la época de Cristina Narbona como ministra de Medio Ambiente, o la ley que aprobó la regeneración hídrica del espacio.
El Club Doñana denunció este último incumplimiento ante el Defensor del Pueblo al entender que "la gran obra de recuperación de la marisma y del acuífero, que era la del caño de Guadiamar, está olvidada por múltiples intereses".
Son precisamente la primacía de esos intereses frente a la conservación y gestión de Doñana y la "politización y caos" de los organismos nacionales e internacionales y las administraciones que han de responder a dichos objetivos, lo que "nos ha llevado a parar las denuncias".
"La situación española e internacional es vergonzosa, todos los organismos están politizados y paralizados" y prueba de ello, dice, es, por ejemplo, la secretaría del Convenio de Unesco que "sólo da informes denunciando la gravedad de Doñana pero no se atreve a quitarle el título de Patrimonio de la Humanidad", la UE o Ramsar "todos muy preocupados por Doñana pero sin hacer nada".
A estos suma la propia Defensora del Pueblo Español, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía que "ni es consejería ni es nada" y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
"Hemos paralizado las denuncias porque no queremos perder más tiempo, somos profesionales, hay catedráticos, investigadores, con muchos años de experiencias y no podemos seguir perdiendo nuestro tiempo sustituyendo a unas administraciones que tenían que preocuparse de verdad por este espacio", apunta.
Una preocupación que en estos momentos, debe centrarse, en su opinión, en dar respuesta al problema del agua porque "hay una sequía gigantesca" en Doñana y "en estos momentos no cuenta con las arterias necesarias para que su corazón siga latiendo" como el arroyo de La Rocina, que está "desecado", el caño Guadiamar que metía agua por el norte, cortado desde hace años, o el desvío de este mismo río.
Vozmediano considera que "las administraciones no se mueven y mientras Doñana, se muere, porque está entrando en una fase irreversible" que viene acrecentada por el cambio climático, la desecación de cauces, las talas en su entorno, el caos urbanístico o proyectos como los de almacenaje de gas en el subsuelo o la construcción de un centro de drones.
"Es de locos, si uno empieza a sumar... Se gastan miles de millones en hacer planes de ordenación y leyes y todo se incumple por que se priman otros intereses frente a los ambientales, ese es el problema de Doñana, al que no pueden o no quieren hacer frente desde organismos y administraciones, mientras este espacio se muere", concluye.