El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, atacó anoche a Estados Unidos por condenar la decisión de autorizar la construcción de nuevas colonias en barrios de Jerusalén, ilegales según la ley internacional.
Netanyahu manifestó que la Casa Blanca debe "informarse de los hechos antes de criticar", pocas horas después de entrevistarse con el presidente estadounidense, Barack Obama, en Washington.
El proyecto para la aprobación de 2.500 nuevas viviendas en uno de los barrios palestinos de Jerusalén Este se aprobó en días pasados y se dio a conocer a la población casi al mismo tiempo que el jefe del gobierno israelí y el mandatario estadounidense celebraban su encuentro.
Netanyahu negó que fueran colonias al argumentar que se trataba de un barrio de Jerusalén, sin precisar que está en la parte de la ciudad santa que corresponde a los palestinos.
"Creo que deben informarse con más precisión de los hechos antes de criticar. Lo primero, no son colonias. Son barrios de Jerusalén, allí tenemos barrios árabes y barrios judíos", afirmó Netanyahu, citado hoy por la prensa local.
Al hilo de este argumento, admitió que el momento para esta polémica "no me hace sentir bien", pero insistió en que "lo más importante es conocer los hechos correctamente. Es decir, empezar por los hechos".
Netanyahu, no obstante, negó haber hablado con Obama de esta cuestión, e indicó que su conversación "fue muy general, sin entrar en asuntos específicos.
Estados Unidos y la UE han condenado la política del actual gobierno israelí de ampliar los asentamientos en territorio palestino ocupado, ya que contraviene la ley internacional y obstruye las opciones de lograr un acuerdo de paz cimentado en la solución de los dos Estados.
Organizaciones de derechos humanos israelíes denuncian que desde el pasado verano, el actual gobierno ha intensificado la construcción de nuevas colonias, en particular en Jerusalén, "en un intento por cambiar la demografía de la ciudad".
"Este tipo de actos solo conducen a la condena de la comunidad internacional. Y también ponen en cuestión el compromiso verdadero de Israel con la negociación pacífica con los palestinos", manifestó el miércoles Josh Earnest, portavoz de Obama.
El ayuntamiento de Jerusalén aprobó esta semana la edificación de 2.500 viviendas en el barrio palestino de Beit Safafa, dentro de un proyecto llamado Givat Hamatos, que según ONGs israelíes tiene como objetivo completar la cadena de Gilo y Talpiot y separar Jerusalén de la ciudad palestina de Belén.
Estados Unidos también condenó la entrada esta semana de un grupo de colonos judíos en un complejo de seis edificios del barrio palestino de Silwan, vecino a la explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, en una rocambolesca historia de traiciones familiares y transacciones opacas.
Earnest aseguró que este tipo de acciones son "provocativas" y "elevan la tensión en un momento en el que ya se encuentran muy altas".
Pese al buen tono de la rueda de prensa posterior, la relación entre Obama y Netanayahu sigue siendo "distante y tensa" debido a cuestiones como el programa nuclear iraní y la muerte de miles de civiles palestinos en la última y devastadora ofensiva israelí en Gaza "Margen protector".
Funcionarios cercanos al encuentro afirmaron que gran parte del mismo consumió el asunto de Irán, país con el que el denominado grupo 5+1 -integrados por los cinco países miembros del Consejo de Seguridad más Alemania- negocian un acuerdo al que se opone Israel.
También se discutió el plan que Palestina presentará ante el Consejo de Seguridad de la ONU para que en octubre de 2016 acabe la ocupación israelí y se declare el Estado en las fronteras de 1967, que probablemente Washington vetará.