El primer ministro de Australia, Tony Abbott, ha propuesto este miércoles imponer restricciones a la entrega de visados a clérigos islamistas radicales para intentar evitar su entrada al país, según ha informado la cadena de televisión australiana ABC.
"No tiene sentido importar a gente que vaya a crear problemas para que azucen a la gente", ha dicho, en declaraciones a la emisora Macquarie Radio. "Quiero poner en marcha rápidamente un sistema en el que estos incitadores del odio no puedan entrar en Australia", ha agregado.
Las palabras de Abbott llegan dos días antes de la conferencia pública convocada en Sydney por Hizb ut-Tahrir en torno a las operaciones militares estadounidenses en Siria e Irak contra el grupo extremista suní Estado Islámico.
La conferencia, titulada 'La guerra para poner fin a la bendita revolución', se centrará en el papel de Occidente en los ataques contra la "noble revolución siria".
"Estados Unidos ha iniciado una nueva guerra, rodeado de sus marionetas y aliados para atacar la revolución siria, usando su intervención en Irak como una excusa conveniente. ¿Por qué, después de tres años, ha decidido Estados Unidos actuar ahora?", se puede leer en la convocatoria del encuentro.
"¿Cuáles son las políticas y la realidad detrás de esta guerra renovada y qué intenta conseguir? ¿Cómo deben los musulmanes responder mientras Estados Unidos ataca el levantamiento más potente en el mundo musulmán en el último siglo: la revolución siria?", se pregunta.
Por su parte, el portavoz del Hizb ut-Tahrir, Uzman Badar, ha sostenido que el anuncio de Abbott "no es una sorpresa", al tiempo que ha recordado que ninguno de los conferenciantes llegará a Australia desde el extranjero.
"No hay conferenciantes internacionales. Evidentemente, el primer ministro no está interesado en los hechos mientras intenta silenciar a la disidencia política o alimentar la histeria islamófoba", ha criticado.
Abbott anunció la semana pasada que aviones de combate australianos se unirán a las operaciones de combate contra las posiciones del grupo extremista suní en Irak. "El Estado Islámico ha declarado la guerra al mundo. El mundo está respondiendo", dijo.
"No ponemos a nuestras Fuerzas Armadas en peligro a la ligera. Sólo lo hacemos cuando es absolutamente necesario y va en favor de los intereses nacionales de Australia", sostuvo.
Australia envió en septiembre a 600 miembros del personal militar y ocho aviones F/A-18F Super Hornet a Emiratos Árabes Unidos (EAU) como preparativo a su participación en los ataques contra objetivos del grupo 'yihadista' en Irak.