Que la música se desarrolle y tenga buena salud depende, en gran medida, de que exista una base solida y oportunidades para las bandas de encontrar lugares donde ensayar y escenarios donde poder ofrecer su trabajo al público, ya estén consolidadas o empiecen en este complicado mundo.
Todomúsica presta diversos servicios a los músicos. Su actividad principal es el alquiler de locales de ensayo, insonorizados y acondicionados acústicamente, para músicos tanto profesionales como aficionados. Dispone de locales de diversos tamaños que se pueden alquilar tanto por horas sueltas o con bonos mensuales, incluyendo el equipo (batería, amplificadores, equipo de voces, etc.) o locales de ensayo vacíos en los que los grupos meten su propio equipo y abonan un alquiler mensual.
La actividad de Todomúsica no sólo se queda en facilitar la tarea de encontrar locales de ensayo. También alberga conciertos en sus instalaciones y promueve la proliferación de bandas en Sevilla, haciéndoles más fácil la labor de promoción y acceso a escenarios donde puedan tocar delante de público.
Los locales de ensayo comenzaron a funcionar en febrero de 2003. En 2004 nació Promúsica, una empresa dedicada a la formación musical que gestiona su propia escuela, el Aula de Jazz y Música Moderna de Sevilla. Además, pone en marcha, colabora o gestiona diversas escuelas o talleres municipales de música y danza en la provincia de Sevilla.
Jesús Álvarez, propietario del negocio, se queja de la competencia desleal con la que tienen que luchar y dice, sobre los locales de ensayo, que “tenemos que luchar con una competencia desleal muy agresiva. En los últimos cinco o seis años, se ha triplicado la oferta de locales de ensayo. La gran mayoría ilegales, que trabajan en la economía sumergida”.
A pesar de las adversidades, en forma de crisis, impuestos desmesurados a la cultura o crisis económica, Todomusica continúa con su labor, que a veces es muy complicada de sobrellevar. En palabras de Álvarez, “hemos tenido un par de años muy malos desde el punto de vista de los ingresos, debido a la crisis generalizada y más concretamente a la crisis del sector, que lleva varios años más en un declive de caída libre”.
Álvarez cree que “habría que empezar por profesionalizar la música. La profesión de músico está muy devaluada. El Gobierno central tendría que implantar un seguro especial de autónomo para músicos, con un coste mínimo, de entre 50 y 100 euros, como ocurre en otros países de nuestro entorno, que iría incrementándose según la facturación mensual. No tiene sentido que un músico tenga que pagar casi 300 euros mensuales de autónomo si a veces cobra incluso menos al mes. Una vez conseguido eso, pero nunca antes, deberían haber inspecciones de trabajo por los garitos en los que se ofrezca música en directo”.
Álvarez apunta también el daño que hace el intrusismo en la profesión y aporta soluciones para los no profesionales: “Yo creo que también tienen derecho a actuar. Todo profesional suele pasar por una etapa amateur que le va dando tablas. Para ellos habría que organizar festivales, en los que disfrutarían y harían disfrutar al público, pero nunca de manera remunerada. Queda a elección del músico dar el paso a profesional. Pero “con papeles”. Así se evitaría el intrusismo y se podría saber claramente quien es músico y quién no”.