Marín y Roldán, dos ejemplos

No suele ser habitual que los periodistas seamos noticias. Somos los que buscamos la noticia y nos apartamos, salvo las excepciones que siempre confirman la regla, de la primera línea de la información. Por eso que, por unas buenas causas, dos periodistas de siempre sean actualidad en estos días no hace sino enorgullecerme de haber abrazado esta profesión, maldita a veces y glorificante otras muchas, hace muchos años. Tantos como para haber tenido la oportunidad de haber conocido y de haber trabajado con dos hombres que, cada uno en su estilo, han sido partícipes del mundo informativo de los últimos cincuenta años y  protagonistas de la transición española y jerezana e, incluso, de un modo de hacer periodismo desde las ondas de la radio. Pepe Marín Carmona, malagueño de cuna y jerezano ya de adopción, alumbraba las grises tardes jerezanas de los finales de los 60 con su Club de Amigos. Era una bocanada de aire fresco en una radio que conocía un nuevo logotipo, el de Radio Popular, que se añadía al decano de Radio Jerez. Marín hizo radio, teatro, comunicó y fue el conductor de Flamenco a la 1, un programa que marcó una época y que llevó al mundo de las peñas, de los artistas a ser noticia directa. Y Jerónimo Roldán Rosa, jerezano, llenaba de contenido las tardes de cada día con sus programas deportivos y tenía a la provincia toda pendiente de la radio cada noche de los domingos con un Simultáneo que en aquellos años 70 y 80 era el marcador de todas las categorías nacionales y regionales. No había otra forma de que una persona de Vejer se enterase de cómo había quedado su Balompié o que en Jerez alguien supiese cómo había quedado el Fomento, de la Asunción, en su choque ante el Rivera paternero. Jeromo que después cambió de dial ha sido señor de la información taurina desde hace muchísimos años. Y si a Marín le han concedido con todos los honores el título de hijo adoptivo de Jerez, porque se lo merece, a Jerónimo el día 27 se le va a tributar un homenaje que puede y debe ser el preludio de su nombramiento como hijo predilecto de la ciudad que le vio nacer. Enhorabuena a ambos.