El grupo armado islamista somalí Al Shabaab ha rechazado este domingo las informaciones facilitadas por el Gobierno keniano sobre la muerte de al menos un centenar de sus milicianos en un ataque de las Fuerzas Armadas sobre una de sus bases, en una acción de represalia por el atentado contra un autobús en la localidad keniana de Mandera, en el que fueron ejecutadas 28 personas no musulmanas.
Así, el jeque Abdiasis Abu Musab, portavoz de operaciones militares de la formación, vinculada con la organización terrorista Al Qaeda, ha asegurado que todos los miembros del grupo que participaron en el ataque se encuentran sanos y salvos.
Horas antes, el vicepresidente keniano, William Ruto, había informado de una operación militar en la que se persiguió y finalmente atacó a los responsables del ataque del sábado en Mandera, reivindicado por Al Shabaab.
"Se han desarrollado con éxito dos operaciones contra los responsables de estas ejecuciones asesinas en el ataque transfronterizo. Nuestra acción de respuesta ha dejado más de 100 víctimas", dijo Ruto en rueda de prensa desde Nairobi.
Ruto explicó que en la operación se ha destruido el campamento utilizado como base por los atacantes. Tres camionetas con ametralladoras han sido también destruidas.
"Nuestro mensaje para ellos es bien claro. Podéis esconderos y atacar a civiles inocentes, pero tras un ataque contra Kenia o su gente os perseguiremos dondequiera que vayáis", advirtió Ruto.
Los milicianos islamistas, que iban fuertemente armados, pararon en Mandera un autobús que transitaba hacia Nairobi a primera hora de la mañana del sábado. Los islamistas obligaron a los pasajeros a recitar versos del Corán y mataron posteriormente a los que no los conocían: 19 hombres y nueve mujeres.
Posteriormente, el grupo reivindicó el atentado como respuesta a las redadas de la Policía en Mombasa, que consideran un gesto de represión contra los musulmanes. En las redadas, efectuadas en varias mezquitas de la ciudad, murió una persona y más de 400 más fueron detenidas.