El alcalde de El Puerto de Santa María, Alfonso Candón, ha visitado esta mañana la fábrica portuense Virgen de los Milagros, cuyo producto estrella y más conocido es la harina El Vaporcito, que se encuentra ubicada en la calle Postigo, 8.
Se trata de una fábrica cien por cien portuense y de origen familiar, que se fundó en el año 1936, año en que comenzara la Guerra Civil, por Esteban Fernández Rosado. Reseñar que se renovó completamente en 1947 tras sufrir un incendio.
En la actualidad la empresa está regentada por los hijos de Fernández Rosado, los Fernández Lópiz. Alfonso Candón reconoce que “se trata de una empresa tradicional, de las de toda la vida, que aún se conserva y sigue manteniendo su actividad, algo que es de admirar, por ello confiamos en que la familia siga conservando este establecimiento por muchos años más, con su esencia, que es lo que caracteriza el producto que nos llega”.
Además, el alcalde admira la conservación que se hace del edificio, que data del siglo pasado, “y que está en perfecto estado de revista”.
El primer edil ha disfrutado de una visita “que teníamos comprometida y que me hacía ilusión realizar, porque a pesar de haberme criado en la zona no la conocía por dentro”, explica.
Por tanto, ha hecho un recorrido por las instalaciones, pudiendo comprobar cómo se tratan los cuatro tipos de trigo con los que se trabaja en esta fábrica, que “cuenta con todo el apoyo del Ayuntamiento, porque entendemos que entre todos tenemos que luchar para que siga siendo posible que empresas como ésta sigan estando en pie, sobre todo cuando son un referente en nuestra ciudad”, indica.
Por su parte, el gerente, Pedro Fernández, agrace la visita del alcalde, confirmando que es el único primer edil que se ha pasado por las instalaciones.
Confirma a su vez que son doce los trabajadores que hacen posible que los distintos tipos de harina que se fabrican salgan de este negocio familiar, conservando además métodos tradicionales del año 1947, cuando las instalaciones se renovaron tras el incendio sufrido por las mismas.
Así, “hacemos harina para churros, para fritura o integral, cosa que no hacen las grandes productoras”, insistiendo que la marca de esta empresa es el método tradicional utilizado, que hace que la producción no sea la misma, pero la calidad del producto aumente.
Por ello confían en que las grandes superficies tengan a bien fijarse en sus productos y lo extiendan al resto de la ciudadanía. La fábrica conserva maquinaria industrial y por tanto parte del proceso de elaboración con el que se fundara, ubicada en pleno centro de la ciudad.
La mayoría de los elementos que se utilizan para moler las harinas datan de mediados del siglo XX, cuando a raíz de un incendio se instala una moderna (por entonces) maquinaria de tecnología neumática y que ha llegado hasta pleno siglo XXI.
Dicha fábrica produce distintos tipos de harinas como la especial para churros, bautizada con el nombre de El Churrito; otra especial para pan, muy utilizada para la telera; y la más conocida y dedicada al pescaíto frito, El Vaporcito, que es una de las recomendadas por la revista OCU Compra Maestra.
Se trata de la harina del mejor trigo autóctono de la provincia de Cádiz, que se enfrenta, sobre todo en la actualidad, a la competencia de las empresas de la producción harinera del país.
La harina El Vaporcito sigue un proceso de elaboración heredero de la tradición de antiguas moliendas, lo que le da el característico sabor y propiedades, siendo un producto totalmente natural que se elabora y envasa a diario: cien por cien trigo de alta calidad, seleccionado, sin aditivos químicos y sin conservantes.
La visita ha dado lugar a que alcalde haya podido conocer el proceso desde que el trigo llega a la fábrica hasta que sale envasado, bien en sacos o en sus envases para el consumo al por menor de los ciudadanos.
Además, ha podido saber que el nuevo envase de la harina se está realizando en una nave instalada en el polígono, debido a que en la fábrica actual no hay espacio para dicha expansión necesaria.