La ciudad de Jerez alcanzó en julio de 2007 el mayor volumen de afiliados a la Seguridad Social nunca antes conocido. Ese verano, 71.405 personas se encontraban legalmente trabajando y nada hacía sospechar que el castillo de naipes asentado sobre los pilares de la construcción estaba ya a punto de caerse. Apenas un par de meses antes, en mayo, las oficinas del SAE tenían registrados a 16.917 demandantes de empleo. Vista con la perspectiva del tiempo, la ecuación laboral era inmejorable: 71.405 jerezanos empleados y 16.917 parados.
Siete años después, la ciudad tiene 53.051 afiliados a la Seguridad Social (18.354 menos) y 34.341 desempleados (17.424 más), un escenario que ni siquiera entonces aparecía en las pesadillas de los más pesimistas. Paradójicamente, y a pesar de la negativa evolución de todo este periodo, la ciudad está cerrando el que puede considerarse como el año menos malo desde que comenzara la crisis.
Esta afirmación se sustenta en los datos que mes a mes ha ido deparando el ejercicio. En el periodo comprendido entre enero y noviembre, el número de demandantes de empleo se ha reducido un 4,19 por ciento, pasando de 35.845 a 34.341. Esta evolución positiva se suma a la ya registrada en 2013, que cerró con 1.373 parados menos (-3,77 por ciento). Por tanto, salvo que en diciembre ocurra una hecatombe, todo apunta a que el saldo final de ambos ejercicios será muy similar.
El dato de paro registrado lleva a engaño en no pocas circunstancias, por cuanto depende de que las personas que están sin empleo se encuentren o no inscritas en los registros del SAE. Así, puede darse la circunstancia de que el número de parados descienda por la propia desmotivación de quienes se encuentran sin empleo o incluso por la emigración.
Sin embargo, la afiliación a la Seguridad Social constata el número de personas que se encuentra legalmente trabajando. Y en este parámetro también se aprecian síntomas evidentes de cambio. El 31 de diciembre de 2013, la ciudad contaba con 53.085 trabajadores; mientras que el 30 de noviembre pasado la cifra de afiliados era de 53.051. A poco que diciembre muestre un buen comportamiento, el año va a cerrar con más cotizantes a la Seguridad Social de los contabilizados al inicio del ejercicio.
Sólo en 2010 se dio un caso similar, cuando el año deparó un saldo positivo de 270 trabajadores. Claro que ese repunte fue la consecuencia directa de la inyección de dinero público en el sector de la construcción, a través de iniciativas como el Plan E. Se trató por tanto de un espejismo que se diluyó en 2011 y que entonces se tradujo en la destrucción de 2.381 puestos de trabajo.
el ‘infierno’ quedó atrás
Volviendo a la idea inicial, es evidente que la realidad socioeconómica del municipio es negativa, pero no es más que la consecuencia del bienio negro que encarnan los ejercicios 2008 y 2009. En esos dos años se destruyeron 12.498 puestos de trabajo, y 8.503 jerezanos se inscribieron como nuevos demandantes de empleo. La ciudad pasó en definitiva de 19.318 a 28.559 parados, una auténtica losa que todavía no ha logrado quitarse de encima.
El año 2007 ya cerró con 503 parados más (+2,79 por ciento), en lo que sin duda era un primer síntoma de que algo empezaba a fallar. En 2008 y 2009, los repuntes del número de parados fueron de 5.719 (+29,60) y 2.784 (+10,80), respectivamente. A partir de 2010 la subida del desempleo sería ya bastante más moderada. Ese primer año dejaría 891 nuevos parados (+3,06), mientras que 2011 y 2012 cerrarían con incrementos de la cifra de demandantes de 1.421 (+4,59) y 1.660 (+4,94), respectivamente.
La situación empezó a mejorar en 2013, un ejercicio en el que el número de parados se redujo en 1.373 (-3,77), consolidándose esa evolución favorable en 2014, con 1.504 (-4,19) parados menos hasta noviembre.
La afiliación a la Seguridad Social ha corrido una suerte más o menos paralela a la demanda de empleo. El año 2007 se cerró con un incremento de 1.962 trabajadores (+2,84). A partir de ahí todo fueron pérdidas. En 2008 se destruyeron 8.466 puestos de trabajo (-11,98) y en 2009, otros 4.012 (-6,42). Luego llegaría el espejismo de 2010, que presentó un saldo favorable de 270 empleos (+0,46). Los años 2011 y 2012 volvieron a ser negativos, aunque ya menos que sus predecesores, con pérdidas de 2.381 (-4,05) y 2.830 (-5,02) afiliados, respectivamente. En 2013, la ciudad asistió a una estabilización del mercado laboral, aunque ello no evitó que se perdieran otros 381 empleos (-0,71). Como ya se ha apuntado anteriormente, el ejercicio 2014 presenta hasta el 30 de noviembre una destrucción neta de 34 puestos de trabajo (-0,06), si bien podría cerrar con un balance positivo en función del comportamiento del mes de diciembre.
De los once meses del presente ejercicio, hasta siete han dejado crecimientos interanuales en el número de afiliados a la Seguridad Social, lo que apuntala la idea de que en efecto se está produciendo ya una recuperación en el mercado laboral. Será necesario comprobar en estos próximos meses el vigor que muestra ese cambio de tendencia y la capacidad de generación de empleo que tiene una ciudad que con anterioridad a la crisis se había acostumbrado a vivir en gran medida del sector de la construcción, algo que ahora se antoja improbable.
Los autónomos están ya cerca de recuperar sus mejores números
Del total de 53.051 jerezanos que se encuentran actualmente afiliados a la Seguridad Social, 9.402 están adscritos al régimen de trabajadores autónomos, un colectivo que ha ido ganando peso coincidiendo con la crisis económica. Ello ha permitido que los trabajadores por cuenta propia recuperen prácticamente los números anteriores al inicio de la recesión económica.
No en vano, esa cifra de 9.402 autónomos se encuentra ya muy próxima a la registrada en marzo de 2008, cuando se encontraban afiliados a este régimen de la Seguridad Social un total de 9.709 jerezanos. Se cumplen por tanto las previsiones que hace justo un año hacía la federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), cuyo presidente, Lorenzo Amor, se mostró convencido de que el ejercicio se cerraría en positivo para este sector.
Buena prueba de ello es el hecho de que en ningún momento del año se ha bajado de la cifra de los 9.000 autónomos, manteniéndose siempre una tendencia de crecimiento.
confianza en el nuevo año
ATA ha hecho público el barómetro que pulsa la opinión de sus afiliados. Ese trabajo pone de manifiesto que dos de cada tres autónomos considera que la situación económica del país ha mejorado a lo largo de este año y que continuará mejorando de cara a 2015, que a juicio de los encuestados será el año de la consolidación de la recuperación.
Como tónica general de este barómetro, mejoran las expectativas económicas con respecto a las obtenidas hace un año: si en diciembre de 2013 únicamente el 30,4 por ciento de los autónomos consideraba que 2014 sería un año de inflexión y mejoraría la economía española, a día de hoy este porcentaje se eleva al 66,4 por ciento en el caso de 2015.
Pero no sólo prevén una mejoría de la economía en general, sino que al ser preguntados por su negocio, únicamente el 14,9 por ciento de los autónomos considera que empeorará a lo largo de 2015 y el 41,6 por ciento, por encima del 30,2 por ciento de diciembre de 2013, cree que mejorará.
A pesar de estos datos positivos, el 44,4 por ciento de los autónomos encuestados manifiestan que 2014 ha sido un año complicado y que la situación económica de su negocio es negativa, frente a un 23,1por ciento que manifiestan que la actual situación económica no les ha afectado y un 29,8 que afirma que su balance ha sido positivo a escasos días de cerrar el año.
Por otro lado, para el 44,4 por ciento de autónomos que manifiesta que ha experimentado una disminución de sus ingresos a lo largo de 2014 como consecuencia de la actual situación económica, el 29,1 por ciento cifra dicha disminución en más de un 21 por ciento (frente al 42,7 por ciento obtenido en diciembre de 2013), el 33,9 por ciento entre el 11 por ciento y el 20 por ciento y uno de cada cuatro autónomos, el 25,6 por ciento, afirma que el volumen de negocio a lo largo de 2014 ha descendido menos de un 10 por ciento.
Como en barómetros anteriores, la caída de las ventas y la pérdida de actividad, es decir, la disminución del volumen de trabajo, ha sido para uno de cada dos autónomos la principal causa de la disminución de su negocio; el 18,5 por ciento de los autónomos considera que el empeoramiento de su negocio ha venido motivado por la morosidad, es decir, por los impagos de los clientes, y el 17,7 lo atribuye a la imposibilidad de acceder al crédito.