El pleno ordinario correspondiente al mes de diciembre del Ayuntamiento de Cádiz ha sido suspendido por el equipo de gobierno municipal (PP) por los "gritos, amenazas e insultos" que según los populares proferían los dirigentes locales de Podemos para hacer callar a los ediles del Partido Popular.
El portavoz del equipo de gobierno, Ignacio Romaní, ha lamentado a través de un comunicado que "aquellos que dicen defender la participación del pueblo no dejen hablar a los que hemos sido elegidos democráticamente en las urnas" y ha calificado el suceso de "ataque a la democracia" por parte de la izquierda radical y de los dirigentes locales de Podemos.
"Estas son las verdaderas formas de Podemos y de la izquierda radical de Cádiz: silenciar a gritos, con insultos y amenazas a aquellos que no piensan como ellos", ha manifestado Romaní al tiempo que ha asegurado que no se van a dejar amedrentar por "aquellos que no creen en la democracia y que confiesan que están más cómodos en países donde la democracia brilla por su ausencia".
El pleno, que comenzó a las 9:30 de la mañana, fue suspendido a las 11:00 cuando se discutía un punto en el que el Ayuntamiento pedía a la Junta de Andalucía un pacto por el empleo para la ciudad de Cádiz.
Tras las intervenciones de los ediles de Izquierda Unida y PSOE, el grupo de personas que ocupaba el espacio público del Salón de Plenos impidió que el concejal popular Bruno García interviniense, elevando el tono de sus protestas por lo que la alcaldesa suspendió la sesión, que volvió a reanudarse media hora después.
Los dirigentes locales de Podemos a los que el PP hace referencia son Alexis González y Ana Camelo quienes, al igual que el resto del grupo, portaban pancartas contrarias a la llamada Ley Mordaza y una cinta que les tapaba la boca en señal de protesta