Cada época siempre tiene un principio y un final. El túnel oscuro y espeso por el que ha estado pululando el fútbol portuense comienza a salir del letargo y empieza a escribir episodios meramente deportivos y positivos, que solapan los claroscuros con los que ha convivido no hace demasiado tiempo. La realidad vislumbra nuevos tiempos a destacar.
El fútbol, que se adentra en su reestructuración y en su definición más auténtica, muestra la sintonía con las nuevas tendencias que se imponen. El Puerto abre otro ciclo que se adentra para dejar las nuevas oportunidades ante proyectos que se asientan en el día a día.
El mercantilismo quedó atrás, se impone lo auténtico, la cantera y el jugador local.
El fútbol cien por cien. La crisis ha golpeado con fuerza un deporte que ha vivido por encima de sus posibilidades y de su objetivo, obligando a dejar de lado los intereses menos tácitos. Hoy el fútbol da paso a la formación y al disfrute, a la mejor versión de la práctica deportiva.
El Recreativo Club Portuense camina firme en su intención de militar en Primera Andaluza la próxima temporada. En eso está. Depende de sí mismo. La apuesta a principio de temporada de ajustarse a una disciplina, a un proyecto meramente local no ha podido responder mejor a las expectativas. Los números siempre fríos así lo atestiguan.
El mejor Recre ha dejado de lado las improvisaciones y los cambios sin sentido. El reseteo de final de temporada no ha podido servir mejor para enseñar el camino a seguir. Jóvenes, ilusión, compromiso, seriedad y trabajo. Valores futbolísticos imprescindibles en los nuevos tiempos que corren.
El resto, fracaso asegurado. En fútbol, donde los resultados suelen tapar demasiadas miserias, ha querido que de la mano de Carlos Camacho, como cabeza visible, sirva para dejar ver el ejemplo de la solidaridad deportiva.
El Recre Portuense se adentra en la clara apuesta de definir su objetivo final: volver a creer en el fútbol portuense. Recuperar la ilusión para volver a confiar. El cambio de ubicación que ha servido el Complejo Deportivo Marcos Monge con la iniciativa de crecer, cambiar de registro y un punto a parte en toda regla.
El Unión Polideportivo El Puerto, por su parte, en su segundo intento y tras dos años de existencia, igualmente, no puede sino estar más que satisfecho tras los resultados que le acompañan otra temporada más.
La primera, con números de ascenso, se topó con la mayor participación de equipos de toda la historia de la Cuarta Andaluza. La exigencia y la interminable competición dejaron en la cuneta las intenciones de ascender. Este año la cosa es bien diferente. El equipo de Toni Oreni está en su cuenta atrás para cantar su ascenso a Tercera Andaluza.
Si no es esta semana, será la próxima. Cuestión de tiempo. El merecimiento con el que jornada tras jornada viene realizando está a un paso de certificar subir a una categoría superior. Proyectos diferentes que se aúnan en la intención de volver a recuperar el fútbol y dejar el sello portuense en categorías superiores.
El Puerto deja patente que no hay mal que cien años dure. El camino andado debe tener su recompensa en breve.