Estamos asistiendo a uno de los momentos históricos de mayor ataque a nuestros derechos. La derecha agrede a nuestra libertad, autonomía personal, al acceso a los recursos y a la igualdad entre todos los seres humanos.
Esta grave regresión se manifiesta respecto a los derechos de las mujeres, fruto del reforzamiento de las posiciones más retrógradas del sistema que, con la excusa de la crisis económica, ve las posibilidades abiertas para acabar con todo lo conseguido. Primero, intentan privarnos de nuestro derecho al aborto y a los derechos sexuales y reproductivos.
Forzándonos a la maternidad o al aborto clandestino que peligrosamente es la expresión más cruenta de la consideración patriarcal y misógina del Gobierno y de su ministro de Justicia. En segundo lugar, se establece una lista de normas segregadoras y sexistas como la reforma laboral y la reciente ley de educación (LOMCE). Los recortes en sanidad y en la asistencia a la dependencia, la provisionalidad en los empleos o la privatización de lo público son medidas que están produciendo un impacto de género que se traduce en el incremento de la pobreza femenina y la intensificación de las represiones a nuestra autonomía. +
De hecho, a pesar de que las reducciones de jornada por cuidado de un menor, persona con discapacidad o familiar dependiente constituyen un derecho individual de tanto de hombres como de mujeres, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, somos las mujeres las únicas que lo ejercemos, el 96% de las reducciones de jornada por cuidados.
Por otro lado, la asignatura de religión en la Escuela Pública y la exclusión de la educación sexual y reproductiva de ella pretenden instaurar el modelo ya caduco de mujeres obedientes y sumisas.
Y, por último, vemos que, aparte de estar oprimidas, no solo en la calle, en la escuela y en la casa, pues somos las mujeres las que nos encargamos de realizar todo el trabajo reproductivo, la brecha salarial entre las mujeres y los hombres es cada vez mayor.
Desde el Área de Juventud de Izquierda Unida, llamamos a la ‘insurrección e insumisión feminista’ contra todo intento de vuelta al pasado, contra todas aquellas decisiones que pretendan mantenernos a las mujeres como seres subordinados y contra cualquier tentativa de represión.
Ya es hora de despertar, y si no somos nosotras las que cambiamos el sistema, ¿quiénes?, y si no es ahora, ¿cuándo?