La Audiencia de Málaga ha revocado en parte la sentencia dictada contra un hombre y le absuelve por robar en una asesoría y en una farmacia, al no quedar acreditado que fuera el autor de esos delitos; aunque sí mantiene la condena por entrar a robar en dos salones de juego, pero rebaja la pena inicial y le impone cinco años y medio de prisión, al aplicar la atenuante de enfermedad mental.
Los hechos sucedieron en durante varios días consecutivos del mes de noviembre de 2012. La Sala, tras analizar la primera sentencia y el recurso presentado por la defensa, lo estima en parte y condena al acusado por dos delitos de robo con uso de instrumento peligroso, uno de ellos en grado de tentativa, ocurridos en dos salones de juegos de la capital.
En el primero de los casos, el acusado entró con la cara semitapada y exhibió un cuchillo al empleado, el cual, cerró de golpe el acceso a la barra, provocando un gran ruido que hizo que el hombre se asustara y huyera del lugar sin llevarse dinero. En este caso, existe como prueba contra el procesado unas huellas dactilares encontradas en una bolsa.
El segundo de los hechos por los que se le condena, ocurrió en otro salón de juegos de Málaga días después, y la defensa admite que su cliente fue el autor, según consta en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press. En esta ocasión, el acusado, tras mostrar el cuchillo a la empleada y pedirle que le diera todo el dinero, logró llevarse 500 euros de la caja registradora.
A la hora de fijar la pena, aunque estima una circunstancia que atenúa la condena, la Sala tiene en cuenta que el hombre entró en dos ocasiones en sendos salones de juego con un pasamontañas en la cara y portando un cuchillo de grandes dimensiones, hechos que califica de "muy graves, en los que los perjudicados estaban solos" y el hombre aprovechó esa soledad para llevar a cabo su acción.
Respecto a los robos en una asesoría y en una farmacia, el Tribunal de apelación considera que las identificaciones realizadas por los testigos no son definitivas, pues en el primer caso no se hizo rueda de reconocimiento, lo que hubiese servido para el que perjudicado se ratificara en la primera identificación o no. En el otro robo, la dueña del establecimiento mostró dudas.