El Cristo Yacente ya está de nuevo en San Fernando, tras la restauración a la que ha sido sometida en Sevilla, en el taller de Pedro Enrique Manzano Beltrán, restaurador isleño con una amplia experiencia y sobre todo con extraordinarios resultados de su trabajo.
La imagen, atribuida a José de Cirartegui Saralegui, autor también del Cristo de la Expiración, muestra un importante cambio, pues una vez efectuada la limpieza, afianzamiento de los brazos y resanado de las oquedades y fisuras existentes, la imagen sí muestra ahora un tono de pie propio del momento que representa la imagen, destacando también los ríos de sangre propios del martirio en la cruz que vivió Jesús.
A la imagen le faltaba una falange de un dedo, que ha sido repuesto con éxito y muestra un renovado aspecto al recuperarse el paño de pureza blanco, que en la década de los 70 fue tapado con repintes dorados.
Ahora, luce en todo su esplendor las señales de la Pasión y aunque no se ve, su espalda resalta de forma importante, como manifiestan los responsables de la hermandad del Santo Entierro.
Está previsto que tras la Semana Santa, Pedro Manzano acuda para explicar todo el proceso de restauración iniciado el pasado verano con el traslado de la imagen a Sevilla.
La hermandad del Santo Entierro inicia esta tarde, a las 19,30 horas, un triduo en honor de sus titulares. La sagrada cátedra estará ocupada por fray Óscar Ignacio Aparicio Ahedo (O.C.D.), Archivero General de la Orden Carmelita Descalza, Casa Generalizia de Roma. De forma excepcional y tras ser sometida a restauración por Pedro Manzano Beltrán, la efigie del Señor Yacente quedará expuesta en devoto besapiés desde la tarde del sábado día 21 y durante la jornada del Domingo de Pasión.
