Los ciudadanos de la Unión Europea (UE) pasarán al horario de verano este domingo 29, como todos los últimos domingos de marzo, un cambio regulado en la legislación europea con el objetivo de ahorrar energía optimizando al máximo la iluminación solar.
En la noche del sábado al domingo, los europeos dormirán una hora menos, ya que a las 02.00 horas de la madrugada en España se adelantarán los relojes y serán las 03.00.
La Comisión Europea (CE) decidió armonizar la fecha de inicio del cambio al horario de verano -que en un principio cada país decidía entre marzo y abril- para evitar desajustes como, por ejemplo, el que afectaba a los horarios de los trenes que cruzaban Europa.
El cambio de horario se empezó a generalizar a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y ahorrar así electricidad.
Según los cálculos del Instituto español para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación en España por el cambio de hora puede llegar a representar un 5 % del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar, mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.
La medida del cambio de hora tiene, sin embargo, sus detractores, que alegan que genera efectos perjudiciales sobre la salud humana y animal, ligados a la secreción de melatonina, una proteína que regula el sueño.
Esta misma semana el Parlamento Europeo (PE) debatió por primera vez sobre la posibilidad de revisar la normativa comunitaria sobre el cambio horario.
Eurodiputados de distintos grupos políticos se refirieron a las quejas de muchos ciudadanos, hartos de las molestias que implica el tener que cambiar de hora dos veces al año.
La Comisión Europea, por su parte, señaló al respecto que la institución está abierta a modificar la normativa vigente, aunque subrayó que hasta la fecha ningún Estado miembro lo ha pedido y que Bruselas cree que la directiva actual es "el marco adecuado".
Alertó en particular del escenario en el que algunos países decidan abolir el sistema actual y otros mantenerlo, por el caos que ello conllevaría.
Según un informe encargado por la CE para analizar el impacto potencial de cambiar a un horario no armonizado en la UE, publicado en julio de 2014, esa modificación causaría inconvenientes a "gran número de personas", y sería especialmente visible en el sector de los transportes, aunque también se podría extender a otros ámbitos.
"En su conjunto, los indicios sugieren que la modificación del enfoque armonizado no sería positiva para el mercado interior", concluye el informe.
Con el cambio de hora del domingo, tres Estados miembros (Reino Unido, Irlanda y Portugal) se colocarán a una hora de diferencia del horario GMT, mientras que España, Austria, Bélgica, la República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Luxemburgo, Malta, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia, Croacia y Holanda situarán sus relojes a GMT+2.
Por su parte, Bulgaria, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania y Rumanía adelantarán la hora a GMT+3.