La Fiscalía de Sevilla ha solicitado 28 años y 9 meses de cárcel para un anciano acusado de asesinar a tiros en 2013 en Casariche a su yerno y de intentar matar también a su hija --esposa del fallecido--, lo que no consiguió porque la escopeta de caza que empleó no tenía más cartuchos, unos hechos que serán enjuiciados por un jurado popular a partir del 18 de mayo, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.
En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el Ministerio Público pide para Manuel P.D., de 88 años de edad, hasta 18 años de prisión por un delito de asesinato; otros 10 años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa, y nueve meses por un delito de quebrantamiento de medida cautelar, ya que tenía prohibido acercarse a menos de 150 metros de las víctimas.
Asimismo, la Fiscalía solicita que el acusado, en prisión desde el 27 de septiembre de 2013, indemnice con 126.160,25 euros a su hija y esposa del fallecido y con 10.513,35 euros a cada uno de los dos hijos de la víctima.
Según relata, los hechos tuvieron lugar sobre las 11,00 horas del 26 de septiembre de 2013, cuando el imputado se encontraba en un bar de la localidad junto a un amigo y vio pasar caminando a su hija con su marido, "con los cuales mantenía diversas desavenencias familiares por motivos que no han sido determinados".
Seguidamente, el acusado se dirigió a su casa y, tras coger una escopeta de caza --para la que tenía licencia en vigor-- y seis cartuchos e introducirlos en un carrito de la compra "con ánimo de ocultar el arma", los transportó hasta el centro de salud del municipio, donde esperó a que las víctimas salieran tras una visita médica.
QUISO MATAR A SU HIJA
Sobre las 12,00 horas, y "con ánimo de arrebatar la vida" a su yerno, se dirigió hacia él apuntándole con el arma y, "tras proferirle frases como 'o me quitáis la orden de alejamiento o bien os mato', disparó la escopeta" a menos de un metro de distancia de la víctima, causándole un hemotórax masivo y una herida por arma de fuego en el tórax que le produjeron la muerte por shock hipovolémico.
Mientras su yerno yacía en el suelo, volvió a accionar el disparador de la escopeta, aunque no llegó a funcionar, tras lo que, "con ánimo de arrebatar la vida de su hija", dirigió el arma contra ella y accionó el disparador "en repetidas ocasiones", aunque el arma no funcionó al no estar cargada.
El acusado portaba seis cartuchos más entre sus ropas, si bien ninguno de ellos llegó a ser utilizado al serle arrebatada el arma por parte de un transeúnte, sostiene el fiscal, que añade que la víctima fue trasladada al polideportivo de la localidad, lugar donde falleció a la espera de la llegada del helicóptero del 061.
De su lado, la hija del acusado tuvo que ser trasladada al centro médico del municipio tras sufrir una fuerte crisis de ansiedad.