A lo meritorio que ya de por sí resulta conseguir esta distinción, se suma el hecho de que Ávila tiene 53 años y decidió iniciar sus estudios específicos de arte cuando tenía 45 años, después de una larga trayectoria autodidacta, durante la cual creció de motu propio. Durante muchos años, antes de iniciar sus estudios, ha impartido clases, ha realizado exposiciones y ha colaborado con el Ayuntamiento en diferentes funciones.
Su primera decisión en lo que a formación reglada se refiere fue la realización de un ciclo técnico superior de Grabado en Cádiz, que acabó en dos años con el mejor expediente. Posteriormente decidió realizar estudios universitarios de Bellas Artes, que ha cursado en Sevilla durante los últimos cinco años, obteniendo en citado premio fin de carrera.
A partir de ahora, según declaró, opta a mayores metas profesionales. Tiene ofertas de varios puntos de España para continuar con su labor profesional y prepara nuevas exposiciones, ya de ámbito mucho mayor que el local.