La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, ha adelantado esta estimación que supone que las emisiones estarían un 42% por encima de las de 1990 (año de referencia para el Protocolo de Kioto), frente al 52% del año 2007, aunque en 2012 España no deberá superar el 15%.
La secretaria de Estado ha subrayado que de confirmarse las estimaciones del 8% sería “la caída más importante” de las emisiones registrada en España.
Este dato, según Ribera, “tiene mucho más que ver con un cambio significativo en las pautas de nuestro consumo energético y el cambio en nuestro modelo de transporte, que con otros factores”, por lo que ha insistido en desvincular la reducción de la crisis económica.
En una rueda de prensa, Ribera ha hecho públicos los datos verificados de las emisiones del sector de generación eléctrica e industrial (que representan casi el 50% del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero), que han bajado un 12,4% respecto a 2007, una reducción que ha calificado de “significativa”.
El sector eléctrico, responsable de más del 50% de las emisiones de los sectores afectados, ha registrado una disminución del 16,1% respecto a 2007.
En este sentido, Ribera ha calificado el dato de “extraordinariamente estimulante”, ya que este sector ha sido capaz de reducir sus emisiones a pesar de haber aumentado su producción en un 1,1%, y ha asegurado que tendrá un impacto importante en el total del inventario nacional.
La bajada del precio del carbón en los mercados internacionales y de la tonelada de CO2 permite “incentivar formas de generación (de energía) mucho más sostenibles desde el punto de vista del cambio climático”.
Si se compara ese dato con los del año 1990, se puede concluir que el sector eléctrico español emite un 20% menos que lo que emitía ese año.
En los sectores industriales, la disminución de las emisiones el pasado año alcanza el 10,2%, que, según Ribera, se puede imputar en parte a la caída de la producción en el sector de la construcción y, por tanto, a la crisis.
Aunque aun se desconocen los datos de emisiones del sector del transporte, las estimaciones apuntan a una reducción del 5%, así como las imputables a los fertilizantes utilizados en la agricultura, aunque se prevé “una reducción significativa”, según Ribera.
La secretaria de Estado ha insistido en que los datos demuestran que el diagnóstico realizado por el Gobierno fue certero y que las medidas adoptadas para hacer frente al cambio climático fueron las correctas.
España, el país más afectado de la UE
Hasta ayer eran previsiones pero hoy son evidencias: España ya es el país de la UE más afectado por el cambio climático y el que sufrirá las peores consecuencias de un aumento de temperatura de 1,5 grados, más del doble que la media global.
Además, cada año que pasa, el nivel del mar crece tres milímetros, los glaciares pirenaicos siguen desapareciendo (se ha perdido un 88% en los últimos cien años) y los humedales y lagunas están más degradados y amenazados.
En resumidas cuentas, el clima del sur peninsular es cada vez más “africano” y el del norte más “mediterráneo”, y este cambio climático tiene ya consecuencias muy serias sobre la fauna, la flora y los sectores productivos españoles, según la responsable de Cambio Climático de Greenpeace, Aida Vila.
Todas estas evidencias se incluyen en el informe ‘La crisis del clima’.