Siempre he pensado que el agradecimiento, además de ser la señal de una excelente educación recibida, es un sentimiento, emoción o actitud de reconocimiento de la atención que se ha obtenido. Me siento especialmente agradecido porque creo haber recibido más de lo que humildemente he podido aportar.
En este articulo, el ultimo de esta etapa que he vivido con intensidad, y a veces con sufrimiento personal, pero siempre con una gran satisfacción y con el orgullo por el trabajo realizado, solo les voy a hablar de personas que están y siguen estando en este sueño que comenzó una de esas noches de verano tan especiales que nos brinda nuestra ciudad.
En primer lugar, mi familia que han sabido entender mi necesidad de crear y perseguir todos los proyectos vitales en los que me he embarcado. Gracias.
Cierto es que empecé conjugando la primera persona singular de un verbo, pero afortunadamente encontré personas que me ayudaron a conjugar el mismo verbo en la primera persona de plural. Gracias siempre a mi equipo, sin ellos nunca hubiese sido posible materializar un sueño común.
A nivel personal tengo que detenerme en dos personas a las que considero mis amigos con la generosidad que ese término implica, y que no siempre es bien entendida.
Una de ellas, fue el receptor perfecto al que contar mi sueño. Me escuchó con atención, como siempre hace, y solo al final de mi exposición me dijo “vuela”. Hace unos días me envío el siguiente mensaje “Los sueños posibles al final se cumplen, y si no se cumplen, es que nos es el final”. La otra persona que he encontrado en mi camino, al que llamo con cariño la “Santísima Trinidad” porque combina en una sola persona, un maridaje perfecto entre pasión y razón y eso sin ser un alquimista titulado, me ha enseñado a ser mejor y eso a los que tengan una hija adolescente como yo, lo entenderán cuando Pablo Alboran en una de su canciones lo dice infinitamente más expresivo que yo “tu me has hecho mejor, mejor de lo que era” y les puedo asegurar que lo ha conseguido con creces. Gracias a ambos.
A mis amigos que han recibido con exquisita paciencia y generosidad, mis reflexiones a veces a horas intempestivas, por Whatsapp. Gracias.
A los que han difundido mis mensajes, cumpliendo con ejemplaridad su deber de información. Gracias
A los portuenses que me han seguido por redes sociales y que han creído que es posible hacer las cosas de otra forma. Gracias.
Finalmente a los portuenses de a pie que han sabido trasmitirme la fuerza suficiente para seguir hasta el final de esta etapa de mi vida. Gracias.
Finalmente solo quiero dejarles una última reflexión…..Que por El Puerto, sea.
Besos y abrazos, según corresponda.
