Irán eliminó hoy los beneficios que otorgaba para la compra de gasolina y estableció un precio único para todos los consumidores, en lo que constituye uno de los pasos más significativos dados por el Gobierno para desmontar el multimillonario sistema de subvenciones públicas del país.
Esta decisión eliminó el precio bonificado que cada ciudadano iraní recibía para comprar hasta 60 litros de gasolina al mes por el equivalente de 0,20 euros el litro y estableció un precio único de 0,28 euros para la gasolina normal y de 0,34 euros para la súper.
Además, también se eliminaron ayudas al gas natural licuado, cuyo precio subirá un 15 % a partir del miércoles para consumo doméstico e industrial.
Estos valores de la gasolina, bajos en el mercado internacional, no dejan de ser considerados elevados en un país donde hace cinco años el litro de combustible no pasaba de los 800 riales (unos 0,08 céntimos de euro al cambio de entonces).
La iniciativa forma parte del Plan de Reforma de los Subsidios impulsada por el presidente, Hasán Rohaní, desde que asumió en agosto de 2014 y que busca reducir o eliminar completamente el programa de compensaciones económicas en efectivo que estableció su predecesor, Mahmud Ahmadineyad (2005-2013).
Ahmadineyad recortó las subvenciones a la electricidad, gasolina y gas, lo que disparó los precios y elevó la inflación un 10 %, pero al mismo tiempo empezó a distribuir a 72 millones de iraníes una ayuda que al cambio de la época rondaba los 40 dólares por persona al mes.
Además, estableció la cuota universal de 60 litros de combustible por persona al mes con precios reducidos que hoy fue eliminada.
Estas medidas fueron bien recibidas por los sectores más pobres del país, si bien dispararon la inflación a casi un 40% anual.
Una de las primeras medidas tomadas por Rohaní para luchar contra este problema fue eliminar a unos 200.000 iraníes acomodados o residentes en el exterior de aquellos que cada mes reciben un pago en efectivo por parte del Estado para compensar el fin de las subvenciones a productos básicos, al tiempo que pidió a las capas sociales medias y altas que renunciaran voluntariamente a este dinero.
Estas multimillonarias ayudas suponen un gasto inasumible para una economía basada en el petróleo que ha perdido gran parte de sus ingresos por las sanciones internacionales que limitan la exportación.
De momento, las medidas de Rohaní han logrado controlar la inflación y reactivar el crecimiento, a la espera de que un posible acuerdo nuclear entre Irán y Occidente permita eliminar las sanciones que lastran su economía.