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Lunes 11/11/2024
 

Sevilla

Condenado a 22 años y medio de cárcel el anciano que asesinó a su yerno e intentó matar a su hija

La Audiencia ha condenado al acusado del crimen de Casariche a 18 años de prisión por un delito de asesinato; a cuatro años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa, y a seis meses por un delito de quebrantamiento de medida cautelar

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La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 22 años y 6 meses de cárcel a Manuel P.D., el anciano de 88 años de edad acusado de asesinar a tiros en 2013 en la localidad de Casariche a su yerno e intentar matar también a su hija, según han informado a Europa Press fuentes del caso.

   Tras el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular el pasado miércoles, la Audiencia ha condenado al acusado a 18 años de prisión por un delito de asesinato; a cuatro años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa, y a seis meses por un delito de quebrantamiento de medida cautelar.

   De igual modo, y según han informado a Europa Press las mismas fuentes, la Audiencia Provincial ha condenado al imputado, en prisión desde el 27 de septiembre de 2013, a pagar una indemnización total de más de 136.000 euros a su hija y a cada uno de los dos hijos de la víctima.

   En su veredicto, el jurado declaró al acusado culpable por unanimidad de haber matado "consciente e intencionadamente" a su yerno sin "darle posibilidad alguna de defenderse", así como de haber intentado matar a su hija mediante un disparo de escopeta efectuado "por sorpresa", si bien no consiguió su objetivo porque la escopeta no llegó a funcionar porque no se encontraba cargada.

LA ESCOPETA, ESCONDIDA EN UN CARRITO DE LA COMPRA

   De igual modo, el jurado consideró probado por unanimidad que el acusado conocía que contaba con una orden de alejamiento que le impedía acercarse a las víctimas, pese a lo que, sobre las 11,30 horas del día 26 de septiembre de 2013, se apostó a las puertas del centro de salud de Casariche, donde sabía que se encontraba la pareja, con una escopeta escondida en un carrito de la compra.

   Según el jurado, cuando vio que salían su hija y su yerno del ambulatorio, el imputado le disparó en el pecho a éste último a un metro de distancia, provocándole la muerte, tras lo que encañonó a su hija y apretó el gatillo de la escopeta "en varias ocasiones", aunque el arma no funcionó porque no estaba cargada.

   Tras ello, la Fiscalía, que inicialmente pedía para el anciano 28 años y 9 meses de prisión, solicitó para el acusado 18 años de cárcel por un delito de asesinato, otros cuatro años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa, y seis meses por un delito de quebrantamiento de medida cautelar.

QUERÍA MATAR A SU HIJA

   El acusado, que según las fuentes consultadas por Europa Press es el interno de mayor edad de las cárceles españolas, aseguró en el juicio que su objetivo era acabar con la vida de su hija pero tuvo "la mala suerte de darle" a su yerno, que "es de lo mejor que ha entrado en mi casa".

   Durante su declaración, el imputado relató que el 26 de septiembre de 2013 se encontraba en un bar de la localidad cuando vio pasar a su hija con su marido en dirección al centro de salud. Tras ello, se dirigió hacia su vivienda y cogió una escopeta que metió en un carrito de la compra "para que no se viese", para dirigirse a continuación hasta el ambulatorio. Una vez allí, se acercó a su hija y su yerno y les dijo que "o le quitaban la orden de alejamiento o los mataba a los dos".

   Y es que, según explicó, esta orden de alejamiento le impedía ir a la farmacia de Casariche porque la pareja vivía cerca, por lo que estuvo hasta tres meses pagando un taxi a diario para ir a Estepa a comprar las medicinas que necesitaba.

   "Estaba atribulado, perdí la cabeza, le di al gatillo y salió el tiro", aseguró el acusado, que añadió que "no tenía intención de matar a mi yerno pero sí a mi hija, y no me arrepentiré nunca". "Tuve la mala suerte de darle a él, pero no tenía intención de matarlo, yo iba a matar a mi hija", admitió.

   El anciano, que relató que cuando disparó se encontraba a dos metros de las víctimas, defendió que "no es un criminal" y reconoció que sabía que tenía una orden de alejamiento respecto a su hija y su yerno.

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