Izquierda Unida Sevilla (IU) y Participa Sevilla han instado al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, a que promueva “otras alternativas” de transporte en el nuevo plan de movilidad que está preparando el gobierno municipal y que se prevé poner en funcionamiento a finales de julio.
El portavoz de IU en el ayuntamiento, Daniel González Rojas, ha comparecido ante la prensa y, aunque ha aclarado que su grupo aún no conoce al detalle el plan de movilidad propuesto por Espadas, ha declarado que el casco histórico de la ciudad “necesita un plan de movilidad en el que se restrinja el acceso al vehículo privado”.
Rojas ha confirmado que el gobierno municipal constituirá una mesa en la que IU estará presente junto a los demás partidos con representación en el ayuntamiento, vecinos y comerciantes.
El portavoz municipal de IU ha expresado su acuerdo a la restricción del tráfico en el centro, “siempre que se dé una alternativa de movilidad”, y ha expresado su deseo de que el plan sea puesto en vigor con celeridad.
Por su parte, el concejal de Participa Sevilla, Julián Moreno, ha expresado su acuerdo con el nuevo plan de “siempre y cuando se invierta el orden preferencial del transporte: primero peatón, luego bicicleta, transporte urbano y después el coche”.
Moreno ha pedido al gobierno municipal que “para el coche, disponga de un aparcamiento vecinal y rotatorio”, y ha insistido en que Participa Sevilla apoyará el plan si contempla esas premisa.
Piden participar
Quien sí ha pedido participar en la mesa de movilidad ha sido Facua Sevilla, que ha recordado que Espadas se comprometió el pasado 6 de julio a incluir la eliminación del sistema de zona azul “impuesto” por el anterior alcalde, Juan Ignacio Zoido (PP).
Facua Sevilla, que recuerda que cuenta con 20.000 socios en la capital, ha solicitado al alcalde y al equipo de gobierno municipal “un diálogo permanente en relación a la toma de decisiones que afecten a los consumidores y usuarios de la ciudad”.
También ha pedido formar parte de esta mesa Ecologistas en Acción, que ha apuntado que rechaza la construcción de la red de metro subterráneo y se ha mostrado contrario a construir aparcamientos rotatorios en la periferia del casco antiguo.
Además, ha aprovechado para lamentar la venta de la línea 1 de Metro a un fondo de inversión, lo que supone la casi completa privatización de una infraestructura que ha costado a la ciudadanía 700 millones de euros.