El Gobierno de Birmania (Myanmar) solicitó hoy ayuda internacional para asistir a los más de 210.000 damnificados por las inundaciones que azotan el país y admite su "débil" respuesta frente al desastre natural.
Según los últimos datos oficiales, al menos 47 personas han perdido la vida, mientras Naciones Unidas alerta de un posible aumento "significativo" de víctimas y damnificados porque hay zonas aisladas a las que los equipos de rescate no han podido acceder.
"La débil respuesta del Gobierno al desastre ha provocado errores en los esfuerzos de evacuación", señaló Ye Htut, ministro de Información y portavoz de la oficina presidencial, al diario oficial "Global New Light of Myanmar".
Las regiones central y occidental de Birmania han sido las zonas más afectadas después de dos semanas de copiosas lluvias provocadas por el ciclón Komen, que tocó tierra la semana pasada en la vecina Bangladesh.
El problema con el que tropiezan las autoridades es llegar a las aldeas remotas cuando el camino es intransitable y el número de helicópteros insuficiente.
La catástrofe ha destruido varios puentes y anegado caminos y carreteras dificultando el reparto de ayuda.
"Estamos cooperando e invitamos a la asistencia internacional a que nos ayude. Hemos comenzado a contactar con organizaciones y posibles países donantes", señaló Ye Htut a los medios.
La respuesta de actual Ejecutivo birmano contrasta con la actuación de la extinta Junta Militar del general Than Shwe en 2008, cuando el tifón Nargis arrasó el país.
El Nargis causó 138.000 muertos, dejó 800.000 personas sin hogar y 2,5 millones de afectados en Birmania a principios de mayo en 2008.
Casi cada año, las copiosas lluvias del monzón que caen entre junio y octubre causan inundaciones en Birmania.