La Junta de Gobierno Local ha aprobado este viernes un plan que divide la ciudad en cuatro zonas para adecuar el alumbrado público a sus necesidades. Es un paso más para combatir la contaminación lumínica y ahorrar energía. Gracias a este proyecto, la ciudad ahorra actualmente unos 4 millones de euros al año, el 40% del total de su factura.
Málaga empezó a ahorrar en luz en 2014. Sus ciudadanos han pasado de pagar 9 a 5 millones de euros al año gracias a la reducción de la potencia de algunas bombillas y a su mejor orientación, en función de las necesidades, para no perder intensidad.
Actualmente, la mayoría de las 62.000 luminarias públicas del término municipal son de vapor de sodio, las de luz amarilla. Y cada una de ellas tiene una potencia máxima de 120 watios, según ha explicado Jaime Briales, presidente de la Agencia Municipal de la Energía.
El Ayuntamiento empieza ahora a apostar por el LED, porque ha considerado que, hasta el momento, una inversión en esta tecnología no era rentable. A partir de ahora ya empieza a hacerlo y, con ello, espera sumar un ahorro de un 25% más en la factura pública de electricidad.
El plan aprobado este jueves está marcado por la Ley de Gestión Integrada de Calidad Ambiental de Andalucía. En el último año, como paso previo a su cumplimiento, la administración ha invertido 1,5 millones en su puesta en marcha. El objetivo es que la denominada zonificación lumínica esté concluida para 2020 con la inversión de otros cinco millones de euros.
Este proyecto divide la ciudad en cuatro zonas para promover un uso más eficiente de esta energía. Las zonas se dividen en virtud de su habitabilidad y de la conveniencia o no de usar luz artificial, que puede alterar el ecosistema en parajes naturales o dañar espacios protegidos.