Los resultados son inamovibles por mucho que se intenten cambiar la historia. A bien que se hubiese intentado mover. El Recreativo Portuense no tuvo suerte en su debut en la Primera Andaluza, un gol casi al final del encuentro desniveló un choque igualado.
El denominado gallito de la categoría ya sabe de primera mano que este Recre no va de farol ni de comparsa en su nueva andadura. Ya conoce y ha padecido los métodos rojiblancos.
Los recreativistas merecieron un mejor premio, la derrota, cuando ya languidecía el partido, no fue ni justa ni esperada.
Los portuenses debieron sacar algo positivo en su estreno en la categoría, tan bien es cierto que en frente tenía a unos de los mejores conjuntos de la división. Da una mayor importancia el haber estado 84 minutos nivelando el marcador.
Rafi (alto), Elías (rozando el palo), Rober (una tras otra) tuvieron en sus botas el haber puesto en franquicia la igualada, que se rompió en un posible fuera de juego.
El gol local retrató la tragedia. Una contra bien trenzada tiró por tierra todo el buen trabajo realizado por los recreativistas.
Rober, en un estado de forma colocal, se marcó un encuentro soberbio. Otro más. Precisamente, Rober fue objeto de un manotazo de un central. Pudo ser roja. Debió ser expulsión y otra historia pudo haberse escrito.
Bien distinta y con una conclusión diferente. Como protagonista también fue Rober en un penalti que el colegiado no interpretó como tal.
Unas manos dentro del área debió ser señalada como pena máxima. Lejos de lamentaciones y de quejas, el Recre aguantó y buscó la victoria hasta el final, hasta que llegó la contra fatídica y desniveló un empate que se saboreaba como bueno.
El domingo tocará cambiar el mal sabor de boca dejado en tierras onubenses. Este domingo, a las 12 del mediodía, el Marcos Monge acogerá el primer duelo como local ante La Palma.
