El próximo día 16 de octubre tendrá lugar el estreno del espectáculo Al golpe, tambores, palmas y cajones, de Antonio Moreno, en el Teatro Enrique de la Cuadra de Utrera.
El percusionista Antonio Moreno, recientemente galardonado en el Festival de Cante de las Minas con el premio Filón al mejor instrumentista, aúna en este concierto a los más interesantes e innovadores creadores flamencos de inicios del XXI, homenajeando y poniendo en valor al maestro de la percusión Manuel Soler. Así como Soler está considerado el introductor del cajón como instrumento en el flamenco, Antonio Moreno rescata la marimba y la lleva al más alto nivel de la percusión flamenca. Se unen por tanto la sabiduría y experiencia con la innovación, de la mano de artistas de indiscutible valía y vigor como los cantaores Tomás de Perrate y Juan José Amador, el saxofonista Juan Jiménez, la bailaora Ana Morales, el investigador, interprete y poeta José Luis Ortiz Nuevo y las colaboraciones especiales a modo de creaciones de audio de Pedro G. Romero e Israel Galván.
Un espectáculo en el que colaboran El Instituto Andaluz del Flamenco, dependiente de la Conserjería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, El Flamenco, Patrimonio de la Humanidad y la Gestora de Nuevos Proyectos.
En el programa se incluye la Soleá de Utrera, a cargo de Tomas de Perrate, una grabación de audio de Israel Galván, titulada Los Pies Galvanizados, bailes de Carmen Amaya con Ana Morales, La Magna antología de Cante Jondo con Juan José Amador, otra grabación de audio de Pedro G. Romero y Hablándole a Manuel Soler, con José Luis Ortiz Nuevo. En todos los números de este programa se cuenta con la percusión de Antonio Moreno.
Pedro G. Romero escribe así sobre el artista y su espectáculo: “Siendo original de Utrera, Antonio Moreno empezó a baquetear en la banda de cornetas y tambores de su pueblo. Su golpe viene de ahí, de entender la mano como el parche de la caja y de la saeta y de ahí al flamenco, claro. Quiero subrayar eso, que no se trata de un percusionista latino, ni de un jazzmen, ni de baterista de rock and roll. Lo suyo son Varese, Elliot Carter o las Clap hands de Steve Reich. Esa precisión -en el golpe, en el compás, en el silencio- fue lo que valoró el festival de la Unión para reconocerle con el Filón de 2014, al mejor instrumentista flamenco.
Y son estos orígenes los que han potenciado su atención a Manuel Soler o a José Antonio Galicia o a Tino de Giraldo, enormes maestros de la percusión flamenca. Detengámonos un momento en el primero porqué este Al golpe quiere avivar también su reconocimiento. Siendo verdad todas las historias que se cuentan sobre el cajón flamenco y el Perú, llenas de reivindicaciones tan paternalistas como coloniales, lo que es cierto es que Manuel Soler, que fue bailaor del grupo de Paco de Lucía, fue quien le dio las peculiaridades flamencas, el sonido propio que hoy día tiene el instrumento y que se ha consolidado no sólo en el flamenco, afortunadamente es también una alternativa a las cajas de ritmos de la música pop y rock. Atiendan a las evocaciones de Soler: en la letra del maestro Ortiz Nuevo, manteniendo el pulso de su verbo; en el compás de pies de Israel Galván, por algo Soler puso los pasos a los costaleros de San Gonzalo; en precisión milimétrica de cada golpe y su intensidad, la invención -esa es la palabra- del compás en la Tauromagia de Manolo Sanlucar”.
