No están en el campo y tampoco hay un corral cerca, ni nada que se le parezca, pero una gallina campa a sus anchas por los alrededores de la calle Argantonio de la capital.
El animal vuela de balcón a balcón sin que nadie pueda detenerla. No canta, porque no es un gallo, pero cacarea, que a fin de cuentas molesta igual, sobre todo cuando su ensordecedora melodía despunta con el alba. Este miércoles, sobre las 7.30 horas, ninguno de los vecinos de la calle Argantonio necesitó despertado, porque ya se encargó esta adorable vecina de ponerlos a todo en planta.
Los afectados han dado aviso a las autoridades, según desvelan los compañeros de Portal de Cádiz. La pregunta del millón es de dónde procede la gallina y cuánto tiempo va a quedarse en el barrio.