Arrimadas: “Los grandes cambios vinieron siempre por el centro”

La presidenta del grupo de Ciudadanos en el Parlamento catalán, Inés Arrimadas, recordó ayer en Jerez que “los grandes cambios” en la política española vinieron “siempre por el centro”,  considerando además que esta formación es la única que puede garantizar la vuelta a un “consenso” similar al de la Transición.
En el transcurso de un mitin, Arrimadas advirtió al electorado de que “ha llegado de nuevo el momento” de recuperar un clima de “diálogo” que a su juicio debe tener a Ciudadanos como referencia.
Arrimadas entiende que esta formación es “la única garantía” de que el próximo Gobierno “tenga estabilidad” una vez descartada la opción de la mayoría absoluta.
A partir de ahí, será necesario “llegar al consenso y al acuerdo” entre las diferentes opciones políticas, algo que “si se hizo en la Transición”, también es posible ahora, pero para ello es necesaria la figura de “un gran líder”, un papel que entonces desempeñó Adolfo Suárez y que ahora atribuye al candidato de Ciudadanos, Albert Rivera.
Además de ello, es preciso poner sobre la mesa “un proyecto que piense más” en los españoles “que en los territorios”, recordando a este respecto que la formación a la que representa tiene “un proyecto de país y no 17 microproyectitos”.
Arrimadas recordó que, gracias a ese discurso, Ciudadanos logró imponerse en Cataluña “al bipartidismo” que encarnan PP y PSOE y al “populismo” de Podemos, lo que evidencia que es posible la victoria electoral “desde la centralidad”.
La presidenta del grupo de Ciudadanos en el Parlamento catalán defendió la necesidad de “reformar este edificio que es España”, frente a quienes, como PP y PSOE apuestan por darle “una manita de pintura”, y a aquellos que, como Podemos, creen que hay “que dinamitarlo”.
En este sentido, abogó entre otras cosas por una “gran reforma” que elimine “duplicidades, burocracia y chiringuitos políticos” o por la “despolitización de la justicia”.
Arrimadas concluyó dejando claro que “votar a Ciudadanos no es pedir venganza”, sino “votar ilusión” y abogar por un “cambio” responsable.