A las puertas del Castillo, el pequeño Martín Relinque Garrido ha tenido el privilegio de llamar a los Magos de Oriente. Con mazo en mano les dio la señal para el inicio del desfile en una Cabalgata de Reye Magos colorista y participativa que ha tenido que reajustar su itinerario inicial ante la lluvia. Con todo, pequeños y grandes han tenido la oportunidad de disfrutar de la salida y el recorrido alternativo. Melchor, Gaspar y Baltasar se han reencontrado con todos más tarde en el interior del Mercado Central de Abastos donde se han repartido obsequios.
Pero la jornada ha empezada mucho antes. En torno a la una del mediodía Sus Majestades llegaban al puerto local a bordo del “Rubita Segunda”. Los recibían el alcalde, Francisco Ruiz, el concejal de Festejos, Daniel Rodríguez y las más de mil personas, entre menores y adultos, congregados en la explanada del puerto. La plaza del Centenario ha sido así el destino final de un concurrido arrastre de latas que se adelantaba a la mañana para recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar.
Por la tarde, antes de la salida de la Cabalgata, el Trío Real ha realizado su acostumbrada visita a la Residencia de San José y al Hogar del Pensionista. Allí han repartido regalos; juegos de mesa y películas para los residentes de San José y una pantalla de televisión de gran tamaño para el centro de día de los mayores. Estos últimos han compartido además merienda con el característico roscón de Reyes ofrecida por el área de Asuntos Sociales.
La intensa jornada se cerraba con una Cabalgata de Reyes definida por la participación de los centros de Educación Infantil y Primaria, y el centro Asansull a bordo de cuatro coloristas carrozas. Iniciaba el cortejo, una carroza verde con los usuarios de Asansull, ataviados de duendes.
A continuación los tronos respectivos de Melchor, Gaspar y Baltasar rodeados de los escolares de los tres colegios de Primaria, vestidos también con coloristas ropajes. Azul la carroza con estudiantes del centro Nuestra Señora de la Luz. Roja la del colegio Guzmán el Bueno y amarilla la del centro Virgen del Sol. A bordo de cada de ellas, cerca de 17 escolares que ataviados de manera uniforme, han ayudado a sus Majestades a repartir caramelos. Cerca de tonelada y media se había preparado para la ocasión además de los consiguientes papelillos de colores.
Al frente de toda la comitiva, abrían el desfile cuatro pajes a caballo.
La temida lluvia que ha hecho acto de presencia, ha obligado a recortar el recorrido inicialmente previsto pero no ha restado ganas de compartir una tarde de ilusión. Así el reparto de obsequios que suele rematar la jornada, se ha realizado en el interior del Mercado Central de Abastos.