La tercera agrupación sevillana viene con un tipo moderno y joven que llega con la ilusión por bandera después de disfrutar después de un año y volver a cantar en el Falla.
Desenfadados cantan en el segundo pasodoble a los niños de los refugiados, “eso sí que no es un juego” suscriben. Unos jóvenes al que no le falta de nada. Bueno sí, algo más de calidad para pasar el corte.
La puesta en escena intenta igualar la musicalidad del pasodoble que sin duda es lo más equilibrado de toda la participación de la actuación. Un adiós anunciado, lógico y previsible.