Los bomberos sevillanos detenidos, encerrados y enjuiciados en Lesbos (Grecia) mientras rescataban a refugiados en el mar han asegurado que han "ayudado a más de quince mil personas" y han añadido que les "han tratado como a cualquier detenido", con estancia en el calabozo antes de ir a juicio.
"En una milla y media y en 45 días hemos ayudado a más de 15.000" personas, todas ellas navegando con dificultades o en situación precaria o naufragadas, ha explicado Manuel Blanco, sargento de Bomberos de Sevilla, con más de veinte años de experiencia en todo tipo de emergencias en rueda de prensa, acompañado por el alcalde de Sevilla, Juan Espadas.
Los tres bomberos sevillanos fueron arrestados por los guardacostas con los que se coordinaron para rescatar a la tripulación de un barco en dificultades el día previo a la detención, y por agentes del mismo cuerpo que la misma mañana del día de la detención les felicitaron por rescatar a un niño del que le dijeron que "quince minutos más tarde habría fallecido por hipotermia".
No obstante, en plena operación de rescate fueron detenidos por guardacostas griegos, "acusados de algo grave que no hemos cometido", ha señalado Blanco en alusión a la acusación de tráfico de personas y a la posesión de un "cuchillo", un cortacabos que han mostrado a los periodistas, de los empleados en rescates.
"Ninguno de nosotros ha tenido nunca un problema con la justicia ni hemos pisado nunca un calabozo", ha señalado Blanco junto a sus dos compañeros detenidos en Lesbos, Enrique Rodríguez y Julio Latorre, acompañados por otros seis bomberos sevillanos que han trabajado en la isla griega en rescates.
A la pregunta de si su detención se ha debido a un exceso de celo o a mala voluntad, Blanco se ha encogido de hombros y ha asegurado que se les ha aplicado el mismo protocolo que se emplea con los presupuestos delincuentes que trafican con personas, por lo que, ante la detención, sintieron "incredulidad, desconcierto, sorpresa y malestar".
Ha tratado de justificar a las autoridades griegas asegurando que ni ellas preveían que iban a llegar a la isla tal cantidad de voluntarios y de asociaciones internacionales, como la suya, Proemad, dispuestas a salvar vidas, y ha añadido que todos ellos permanecen a disposición de las autoridades, a seguir sus indicaciones de coordinación y "dispuestos a sumar".
A la pregunta de si alguna autoridad griega les ha felicitado o ha tratado de disculparse, ha señalado que dos diputados del partido del Gobierno -Syriza- les han expresado su apoyo y solidaridad, y ha asegurado que al salir en libertad sin cargos se encontraron con que otros voluntarios que actúan en la isla les habían pagado las costas del proceso.
Al ir a agradecérselo, estos voluntarios les dijeron que lo habían hecho porque, sin su labor de rescate, ellos no tendrían a nadie a quien proporcionar ropa seca, comida y bebidas calientes, ya que son ellos los que evitan que los refugiados perezcan en el mar.
Ahora colectan 5.000 euros cada uno como fianza para el caso de que vuelva a haber juicio, una cantidad que terminarán destinando a labores humanitarias, convencidos de que no habrá que hacerla efectiva.
El bombero más joven, Enrique Rodríguez, con dos años de experiencia, ha recordado que un superior le dijo antes de partir: "Te lo puedo contar, pero hasta que no lo vivas...", y ha añadido: "Lo que sé es cuando te mira un niño, y esa mirada está llena de agradecimiento..."
Manuel Blanco también ha tenido que aguantar la emoción, al recordar que siguen llegando entre 750 y 1.000 personas al día, que sus compañeros sevillanos allí destacados le han dicho que esta mañana han rescatado trece botes, y al confesar: "Esto me ha superado con creces", aunque en seguida ha matizado que "no técnicamente", sino sólo en el plano humano.
Y se ha preguntado: "¿De qué están huyendo cuando vienen así?"