El trabajo, publicado en el último número de Nature, ha sido dirigido por Juan Carlos Izpisúa-Belmonte, del Instituto Salk (EEUU) y director del Centro de Investigación en Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), junto con el director del Programa de Terapia Génica de Células Hematopoyéticas del Ciemat, en Madrid, Juan Bueren, acompañados de Ángel Raya, responsable del Centro de Investigación del CMRB, y Jordi Surrallés, catedrático de Genética de la Universidad Autónoma de Barcelona.
El estudio aún en fase pre-clínica ha demostrado, por primera vez, que ante una enfermedad genética como la Anemia de Fanconi es posible corregir el defecto genético en células de la piel del paciente y luego convertirlas en células similares a las embrionarias (células iPS), que posteriormente se han podido diferenciar en sanguíneas.
Estas células inducidas pluripotenciales (iPS) son células adultas desdiferenciadas por técnicas de transferencia génica, para comportarse como células madre embrionarias.