El Ayuntamiento de Granada, que acumula una deuda de 15,3 millones de euros con la empresa concesionaria del transporte público de autobuses, Rober, ha anunciado futuros cambios en el sistema, al considerar que "se está dando un servicio pésimo" y que ha causado un "agujero gravísimo" en las arcas municipales.
La concejal de Movilidad, Raquel Ruz (PSOE), ha precisado que el nuevo equipo de gobierno no tirará "a la basura" la Línea de Alta Capacidad (LAC) dado el elevado coste que supuso la adquisición de los vehículos --unos ocho millones de euros-- pero sí ha avanzado que "habrá cambios en el recorrido y en el sistema en sí".
En todo caso, ha dicho, no se aplicarán antes de la puesta en marcha del metro, con el objetivo de que ambos medios de transporte se complementen, por lo que las medidas que pudieran adoptarse antes de esta circunstancia serán "parciales".
Ruz ha sostenido que, tras revisar los datos, su departamento ha confirmado que el anterior equipo de gobierno, del PP, puso en marcha la Línea de Alta Capacidad por "capricho" y en contra del criterio de los técnicos, algo que ha considerado "muy grave".
Según ha relatado, la situación en la actualidad "es dramática", al estar previsto que el coste del sistema actual para 2016, con las líneas trasversales que pasan por Gran Vía, sea de 14,3 millones de euros, cuando hay un presupuesto previsto de unos 10,2 millones.
"Esto hará que a partir de julio todo sea déficit y deuda que se añade a la acumulada", ha expuesto la edil, quien calcula que este año se necesitarán más de seis millones extraordinarios para afrontar el sistema de transporte público urbano.
A preguntas de los periodistas ha señalado que serán los técnicos los que decidirán la solución más adecuada para el actual sistema, que habrá que cambiar al ofrecer "un servicio pésimo y causar un agujero económico gravísimo en las arcas municipales".