El proyecto de demoliciones en el Patio del León para modificar y ampliar el acceso de los turistas al Real Alcázar deberá ser autorizado no sólo por la Comisión Provincial de Patrimonio, dependiente de la Junta de Andalucía, sino también informado por Icomos y aprobado por la Unesco, por formar parte el monumento de la Lista del Patrimonio Mundial o de la Humanidad.
El Consejo de Gobierno del Patronato del Alcázar, tras escuchar las exposiciones del arquitecto Francisco Reina y del arqueólogo Miguel Ángel Tabales sobre el proyecto de demoliciones en el Patio del León, ha ratificado el requerimiento exigido por la Comisión Provincial de Patrimonio en el sentido de que se realicen catas arqueológicas con que documentar y fundamentar las reformas que se pretende hacer.
En principio, lo que se haría sería un picado de los paramentos verticales, en busca de vestigios que dataran del periodo islámico y de la época del reinado de Pedro I de Castilla. Las lecturas arqueológicas de los paramentos serían sometidas a la evaluación de la Comisión de Patrimonio y también del órgano asesor de la Unesco, Icomos, como paso previo a la autorización del organismo de la ONU, por estar el Alcázar calificado como Patrimonio de la Humanidad.
Icomos y Unesco ya intervinieron cuando se planteó la recuperación del aspecto primitivo del Patio de las Doncellas: enviaron una misión de diecisiete expertos en patrimonio en un lluvioso día de noviembre a examinar el proyecto que les presentó la Dirección del Alcázar. Dado que la intervención era reversible (las losas retiradas del patio se numeraron, se custodian en un almacén y se pueden reponer si así se decidiera algún día), los técnicos la autorizaron por unanimidad.
El informe previo de Icomos (siglas en inglés del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos) para cualquier intervención en un bien declarado Patrimonio de la Humanidad es preceptivo por la función de esta organización internacional no gubernamental como consejera técnica, especialmente en la elaboración de la Lista del Patrimonio Mundial y del seguimiento de los bienes inscritos en la misma.
Icomos tiene entre sus misiones la instrucción y examen de los expedientes de solicitud presentados por los Estados signatarios de la Convención del Patrimonio Mundial para la inscripción de sus bienes en la Lista del Patrimonio. A tal efecto, requiere la colaboración de diversos expertos, cuyas opiniones son examinadas por un coordinador y, a la luz de las mismas, decide sobre su inclusión o no.
La anchura de la puerta
Por otra parte, en medios conservacionistas ha llamado la atención el comunicado del Ayuntamiento según el cual no se pueden agilizar las colas de turistas ante la Puerta del León del Alcázar por problemas de seguridad.
Según el Consistorio, una vez franqueada la Puerta del León hay en dependencias interiores dos escáneres (hasta hace poco sólo funcionaba uno) y dos arcos de seguridad, y se pidió un informe técnico para colocar un tercer escáner, pero por la medida de la puerta (con una anchura de 2,5 metros) no es posible habilitar una tercera cola para aliviar la espera.
En medios conservacionistas se estima que si la anchura de la puerta es el factor limitante, seguirá siéndolo independientemente de todas las demoliciones y reformas que se proyectan en el Patio del León.
A su limitada anchura se añade por parte de la corporación Municipal que la Puerta del León es también una de las vías de evacuación según el plan de seguridad del Real Alcázar, y que el aforo máximo permitido para el conjunto monumental es de 750 personas, tanto por razones de seguridad como de conservación y disfrute de la visita. El resto de puertas, también consideradas vías de evacuación, se utilizan para la entrada de escolares, las visitas nocturnas y la maquinaria, en especial la que se usa en sus jardines y en labores de conservación y rehabilitación.