En plena vorágine política tras la Segunda Guerra Mundial, Picasso no sucumbió a las presiones del Partido Comunista, quien buscaba que el genio malagueño pusiera su arte al servicio de la propaganda. En un intento de reafirmar su independencia creativa y no sujeta a dogmas políticos, el maestro de la Plaza de la Merced fraguó en el año 1948 un total de 125 litografías para el libro ‘Le Chant des Morts’, de Pierre Reverdy, en el que se dejó arrastrar por un impulso abstracto rara vez visto en él para crear un alfabeto imaginario e indescifrable.
Hoy, la Casa Natal ha inaugurado la exposición ‘El canto de los signos’, que repasa esta aventura visual picassiana a través de 44 piezas procedentes de los fondos propios de la fundación municipal.
“Picasso defendía su libertad y como símbolo de rebeldía ante la imposición del comunismo se inventó un alfabeto imaginario sin significado, como una reivindicación política frente a las exigencias del partido”, ha explicado el comisario de la exhibición, Mario Virgilio Montañez.
Esas formas elementales con las que ilustró el libro de Pierre Reverdy, una de las “joyas” de la Casa Natal en palabras del director de la Agencia Pública para la gestión de la Casa Natal y otros equipamientos museísticos y culturales, José María Luna, reaparecerán a partir de noviembre del año 1948 formando parte de diversas litografías. Las usaba para componer imágenes muy diversas que abarcan desde la naturaleza muerta al retrato o el paisaje.
Christine Ruiz-Picasso, nuera del pintor, donó el ejemplar personal del artista de este ‘Canto de los muertos’, del que sólo existen 250 copias en el mundo.
Luna ha detallado, por su parte, que “Picasso no fue un artista abstracto. Estuvo en esos límites y esta exposición aborda uno de esos límites”.
Montañez ha señalado acerca de esta aventura visual picassiana que Picasso mostró en una entrevista su interés por esos “mapas, esas constelaciones, las estrellas y que habían sido su fuente de inspiración”.
Para reafirmar esa independencia estética, el autor de ‘Guernica’ incluyó “esos mismos elementos del libro de Reverdy hasta el año 1956 para recordar su “espíritu libre, independiente y que no se sometía a consignas”, ha observado el comisario.