Plaza de toros de El Puerto de Santa María, se han lidiado dos toros de Fernando Sampedro para rejones, el segundo más colaborador para el jinete, y cuatro de Salvador Domecq, desiguales de presentación y juego. Diego Ventura (chaquetilla gris): oreja y oreja; Juan José Padilla (fucsia y azabache): oreja y vuelta tras petición; López Simón (tabaco y plata), nuevo en esta plaza, oreja y dos orejas. Actuó de sobresaliente, sin intervenir en la lidia, Salvador Ruano (blanco y plata). Viento de levante que hizo que los toreros lidiasen al abrigo de los tendidos 2 y 4. Se desmonteraron en el tercer toro Domingo Siro y Jesús Arruga.
Para la puesta de largo de la remodelación de la Plaza Real de El Puerto, la empresa optó en su día por celebrar una corrida mixta que ha tenido poco tirón en taquilla, ya que a pesar de las entradas que según los “mentideros” taurinos de El Puerto se han regalado y también a la gran iniciativa de que los menores de 16 años entraran en la plaza tan solo enseñando su correspondiente DNI, el aforo que hoy ha registrado el coso no ha llegado a media plaza.
Con respecto al ganado lidiado a pie, poco se han parecido los pupilos de D. Salvador, en casta y trapío, a sus hermanos que el año pasado saltaron al ruedo portuense.
El toro que ha tenido el honor de lidiarse en primer lugar en esta fecha histórica para nuestra Plaza se ha llamado "Humoso", nº 27 , ha pesado 490 kg y llevaba el hierro de Fernando Sampedro y ha sido lidiado a caballo por Diego Ventura. Poco juego ha ofrecido el astado nacido en “La Cepera” ya que su comportamiento fue muy parado desde que salió de chiqueros. Ventura tiró de oficio y cuadra para sacarle faena y lograr cortarle una oreja.
El cuarto de la tarde, es decir el segundo de rejones, despertó tras el primer y único rejón de castigo que recibió. Se mostró con mucha más pujanza en sus embestidas y el rejoneador a lomos del caballo “Sueño” se lució en banderillas y en el torero a dos pistas. El rejón de muerte produjo un feo vomito de sangre que hizo que la presidencia optara, con buen criterio, en conceder tan sólo una oreja, pese a las gran petición de la segunda por parte del respetable.
Padilla se enfrentó en primer lugar a un toro que recibió con una larga en el tercio para después lancearlo por verónicas. En el tercio de banderillas cabe destacar el segundo par de afuera hacia dentro. La faena de muleta la comenzó de rodillas rematadas con dos de pecho. El burel no tenía una clara embestida y media mucho al torero. No obstante el jerezano estuvo valiente y le sacó una meritoria faena. Lo despenó de pinchazo y estocada y cortó una oreja.
Al quinto de la tarde no pudo torearlo a gusto con el percal ya que en esos momentos molestó mucho el viento. Luego si se lució en un quite por faroles. Con las banderillas volvió a revolucionar al público. Al comenzar la faena de muleta de rodillas, el toro se lastimó y quedó muy mermado para el resto de la lidia. El “ciclón” en lugar de abreviar con el inválido, dio todo de sí para lograr cortar la oreja que le hacía falta para salir a hombros pero las condiciones del astado no dieron pie a ello. Tras una estocada en los medios el toro tardó en doblar y se pidió la oreja que la presidencia, muy firme en su decisión, no otorgó. Con un toro sin condiciones para la lidia, ya que se inutilizó durante la misma, no se puede triunfar en El Puerto aunque el reglamento diga que la primera oreja la concede el público.
López Simón recibió a pies juntos a su primer burel. Brindó la muerte del mismo a Fermín Bohórquez. Le costó al madrileño coger el ritmo de las embestidas al principio de la faena de muleta y sufrió varios enganchones. Poco a poco se hizo con su oponente y le realizó una faena quedándose muy quieto y pasándose al toro por “la bragueta”. Durante la misma sonó por primera vez en una plaza de toros el pasodoble que le ha compuesto el maestro Abel Moreno interpretado magistralmente por la Banda “Maestro Dueñas”. Lo mató en la suerte de recibir pero la espada cayó contraria y tuvo que hacer uso del descabello. Cortó una oreja.
El sexto de la tarde ha sido el mejor presentado del encierro que ha viajado desde tierras de Vejer de la Frontera. López Simón le recetó una serie de verónicas rematadas con torerísima media. Cogió la franela y comenzó a pies juntos. En esta ocasión si le cogió pronto el aire al toro y consiguió una gran faena con los riñones muy encajados y como buen madrileño realizada en una loza “como se baila un chotis”. Impactante la sangre fría que tiene este torero que ha vuelto a traer a El Puerto aromas del maestro sanluqueño Paco Ojeda. Tras una estocada cortó dos orejas.
